El cura Juan Diego Escobar Gaviria está, por estos días, tras las rejas. El juez de Garantías de Nogoya, Gustavo Acosta, le impuso prisión preventiva por 20 días, que empezó a cumplir el jueves, mientras avanza la investigación por un caso de abuso a un nene de 11 años.
El chico era monaguillo en la Parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, adonde Escobar Gaviria fue párroco desde 2005 y hasta el jueves 27 de octubre, cuando fue apartado por decisión del arzobispo Juan Alberto Puiggari.
Los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina llevan adelante la investigación y consideran que hay pruebas de peso que responsabilizan al cura en el delito de promoción a la corrupción de menores.
Mientras la causa avanza, tres organizaciones no gubernamentales manifestaron su apoyo a la decisión de la familia del chico de ir a la Justicia a denunciar el caso.
La Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico –que integran en Entre Ríos víctimas de abusos de los curas Justo Ilarraz y Marcelino Moya—se manifestaron en apoyo a “esos niños y su familia”, y le brindaron “toda nuestra escucha y plena disposición cuando así lo crean necesario. Creemos en su testimonio y les decimos que su dolor también es el nuestro”.
También mostraron su adhesión a la denuncia la Red de Alerta y la asociación Compromiso con Voz, de Villaguay.
“Desde las fibras más profundas y sensibles de nuestras organizaciones, abocadas plenamente a la prevención y condena del abuso y maltrato infantil en todas sus formas, enviamos nuestro apoyo a estos valientes niños y su familia, como así también a la comunidad luquense en este duro momento”, dijeron.
“Este no es un hecho aislado –señalaron–, no sólo nuestra provincia sino el mundo entero ha dado cuenta de estos delitos llevados a cabo por varones que dicen llamarse representantes de Dios en la tierra, abusando y burlando de la fe y confianza, favorecidos por sus características tan particulares que hacen a su perversión invisible a los ojos de la mayoría”.
En ese marco, reclamaron “celeridad en la investigación, justicia para esta niñez que padece en total silencio muchas veces frente este tipo de situaciones, inmerso en la angustia, en el miedo por las amenazas que ejercen estos perversos. Y por sobre todo garantizar los derechos de estos niños a su protección y a la no revictimización por parte de una sociedad, que debe ser consciente de lo que nos está sucediendo”.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.