De pie, papeles en mano, Leonor María Magdalena Barbero Marcial declaró hoy ante el juez de Transición Carlos Hugo Ríos y contestó la acusación que formuló en 2013 su hija, Dolores Etchevehere, aunque no agotó su exposición. El último 12 de marzo, en su primera indagatoria, habló de la relación familiar, y este martes se ocupó de la cuestión societaria de los Etchevehere, sus lazos empresariales y la disputa que mantienen desde hace más de una década por el reparto de la herencia tras la muerte del patriarca, Luis Félix Etchevehere, en 2009.
Pero primero se centró en Las Margaritas SA, propietaria, entre otros bienes, de la estancia Casa Nueva, en Paraje El Quebracho, eje de la incursión de Dolores y el Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), de Juan Grabois, que derivó en desalojo judicial en octubre de 2020.
Leonor Barbero Marcial, tono firme, sin hesitarse, prometió para una nueva audiencia judicial hablar de la nave insignia de los Etchevehere, Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER), editora de El Diario, y sobre la acusación de «vaciamiento» que formuló su hija y que investiga también la Justicia Federal a partir de un dictamen de la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac). Ahora, y desde 2010, los Etchevehere perdieron supremacía en El Diario: Nea Capital Creativo mantiene la mayoría accionaria, luego de la venta que dispusieran Ivar y Arturo Roosvelt Etchevehere de su parte en la sociedad. Primero, el paquete mayoritario quedó en manos del financista Walter Grenón; ahora, de Ramiro Nieto, que estuvo ligado a Fútbol para Todos.
En realidad, está previsto una nueva indagatoria el próximo 30 del actual, cuando la mujer espera responder las preguntas del fiscal Álvaro Piérola y de los querellantes, Patricio Cozzi y Lisandro Mobilia. Pero como todavía no terminó de decir todo cuanto tenía para decir -en particular de SAER-, el juez Ríos adelantó que antes del 30 habrá una nueva fecha para que declare. «Mi voluntad en todo esto es aclarar -dijo Barbero Marcial-, de modo que cómo no voy a aceptar preguntas si les quedan dudas».
De todos modos, en función de la pandemia y la disponibilidad de las salas de audiencia, el juez Ríos abrió un cuarto intermedio hasta el 30, aunque podría fijarse en fecha anterior una nueva audiencia para que desarrolle el tema SAER.
La denuncia
En 2013, Dolores Etchevehere presentó una denuncia penal por estafa contra su madre, Leonor Barbero Marcial, y sus tres hermanos, Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere, que después amplió en el fuero civil por el proceso de sucesión a la muerte de su padre, Luis Félix Etchevehere, ocurrida en 2009, pero que sumó también un pedido de investigación por el supuesto vaciamiento de la nave insignia del holding familiar, Sociedad Anónima Entre Ríos (SAER), la firma editora de El Diario. Pero la Justicia -cuatro distintos jueces tuvo la causa- nunca llamó a indagatoria a la familia Etchevehere. Ello recién ocurrió el 30 de octubre de 2020, cuando el juez Ríos firmó el pedido de indagatoria. Fue un día después de que otra jueza, María Carolina Castagno, dispusiera el desalojo de Dolores y el MTE de Grabois del campo Nuestra Casa, en El Quebracho.
En la primera denuncia, la mujer habló de la “toma fraudulenta de un crédito del Banco Itaú por la suma de $1.066.000 equivalentes a u$s 250.000 al cambio de entonces (año 2011, aproximadamente $4,24242 por dólar) cuyo importe fue retirado por los denunciados según así surge de los estados contables correspondientes al ejercicio cerrado al 31 de diciembre de aquel año”. Los denunciados son, claro, sus tres hermanos y su madre.
Etchevehere: el conflicto madre-hija, ventilado en Tribunales
Después, abundó en las cifras y detalló que el fraude bancario fue mayor a los u$s 250.000. Hubo otros dos montos de u$s 360.000 y u$s50.000 que los denunciados tomaron de préstamos bancarios y se repartieron en provecho personal. Por eso, en 2014 Dolores Etchevehere pidió el allanamiento de la sede de la sociedad Las Margaritas SA, en Urquiza 1123, tercer piso, el mismo edificio donde funcionó la Redacción de El Diario, con el propósito de secuestrar los libros contables “y toda otra documentación que tenga que ver con el hecho que se denuncia”. También pidió allanamientos a las sedes de SAER, en la misma dirección, Urquiza 1123, tercer piso , dirección que corresponde a otra firma, Construcciones del Paraná, cuyo allanamiento también solicitó.
Los préstamos, después se supo, fueron pedido por los Etchevehere a los bancos Itaú y Nación, a tasa subsidiada, en teoría para fines productivos, pero que en la práctica fueron a dar al bolsillo de la familia.
Con su denuncia, Dolores Etchevehere procuraba establecer “la ruta del dinero” y la “posible utilización de los fondos (o parte de ellos) de los préstamos tomados por Las Margaritas SA en la transferencia de los inmuebles” propiedad de SAER. Desvío de fondos, vaciamiento, estafa: delitos gravísimos que una fiscal, más adelante, entendería como una simple peleíta familiar.
Etchevehere: el largo camino a la indagatoria en la causa por estafa
Hoy, su madre, Barbero Marcial, respondió las acusaciones de su hija en torno al destino de un crédito bancario que formó parte de la denuncia de la Procelac.
El caso fue resumido en un dictamen que firmaron en 2018 los fiscales Alejandro Cánepa y Viviana Ferreyra y que forma parte de la imputación: «Se le atribuye a Leonor María Magdalena Marcial de Etchevehere, Luis Miguel Etchevehere, Arturo Sebastián Etchevehere y Juan Diego Etchevehere, a la primera en su carácter de Presidente, y a los demás en su carácter de directores de la sociedad Las Margaritas S.A., haber solicitado préstamos al Banco Itaú por U$S 250.000 (dólares doscientos cincuenta mil), los que le fueron otorgados en fechas 29/07/2011 (U$S 200.000) y 12/08/2011 (U$S 50.000), bajo los términos de la Comunicación A4851 pto. 2.1.2 del Banco Central de la República Argentina, a tasa subsidiada y con el fin preciso de ser destinados a actividades productivas que, en lugar de ello, fueron distribuidos entre los miembros del Directorio de la firma referida, para fines personales y distintos del solicitado al Banco. Todo ello surge de la certificación contable de fs. 112/113, donde constan los montos registrados en el Libro Diario General del Ejercicio Nº 34 de Las Margaritas S.A., cerrado al 31/12/2011, en las cuentas «Préstamos Banco Itaú» y «Cuentas Particulares Directores», por un monto de $1.066.000. La devolución de tales créditos, por parte de la sociedad al Banco, fue pactada en dólares americanos, a una tasa del 8% anual, mientras que – paralelamente – los nombrados devolvían a la sociedad el dinero distribuido, mediante valores a cobrar – cheques de pago diferido -, en pesos argentinos y a una tasa fija anual más beneficiosa, por lo que mientras el valor del dólar subía, al igual que – consecuentemente – el valor de las cuotas a pagar al Banco Itaú, las que debían devolver los Directores y la Presidenta de la sociedad se mantenían incólumes e incluso perdían valor frente a aquella moneda, al punto tal que la sociedad debió destinar parte de otro crédito tomado por la misma con el Banco de la Nación Argentina por un monto total de $900.000 otorgado mediante Resolución del Banco de la Nación Argentina del 07/09/2016, y también a tasa subsidiada para afrontar una situación de emergencia agropecuaria para pequños productores – para saldar las cuotas pendientes de los créditos del Itaú, conforme fuera decidido mediante Acta de Directorio de fecha 01/11/2016. “De esta forma, en violación a sus deberes, los nombrados obligaron abusivamente a la firma Las Margaritas S.A., que dirigen y administran, ya que ni los créditos del Banco Itaú, ni tampoco el del Banco Nación – antes referidos – fueron destinados a sus fines y destinos específicos y que hacen al objeto social de la misma, sino que fueron desviados hacia otros objetivos, obteniendo de los primeros un lucro personal indebido».
En su declaración, Barbero Marcial negó los cargos y dijo que su hija Dolores no tenía ninguna potestad para denunciar porque dejó de ser parte de la sociedad.
Los míos, los tuyos
“Dolores continúa viviendo en mi casa, en calle Guido 1894, 6° piso, como está fehacientemente demostrado con cantidad de pruebas, y ella tampoco negó, y en general mantenida por nosotros”, dijo la madre respecto de su hija, la denunciante, de acuerdo a lo que pudo reconstruir Entre Ríos Ahora de su declaración.
En esa línea de desacreditar los cargos que le formuló su hija, dijo que Dolores Etchevehere “no pertenece más a Las Margaritas. Dolores vendió sus acciones a terceros, no a nosotros. No pertenece más a Las Margaritas desde agosto de 2018. No tiene relación empresarial ni societaria con ninguna empresa. Dolores siempre estuvo vendiendo su herencia, y está totalmente comprobado con firmas en escribano público. Solo queda con ella la relación humana. La relación societaria o patrimonial no existe. Dejó de existir en agosto de 2018”.
Mostró documentos y papeles que acreditan que Dolores junto a su anterior abogado defensor, Santiago Yofre Solanet, desistió de la acción penal, “particularmente en la toma del crédito del Banco Itaú”.
“Ella no tiene ninguna relación patrimonial con nosotros. Siguiendo los consejos, muy mal consejos, de continuar el conflicto, no sé si por resentimiento o por qué, la hicieron perjudicarse a ella patrimonial mente. Ella se perjudicó a sí misma. Porque ella fue la que vendió. Eso fue el final de la demanda con Las Margaritas SA”, explicó.
Dijo que aquel crédito con el Banco Itaú se usó no para el fin determinado, pero tampoco “para comprarnos algo para nosotros, ni para comprar propiedades. No compramos absolutamente nada. SAER estaba en una situación financiera mala. ¿Qué dijimos? Nos comprometidos a devolver ese dinero lo antes posible, cuando lloviera, se pudiera implantar maíz y soja, eso fue lo que nosotros hicimos. Avisamos cuál era la situación”.
“Dolores, que estaba viviendo en un piso que es mío. Ella estaba estudiando en la Uade (Universidad Argentina de la Empresa), y estaba al tanto de todo lo que pasaba acá con la empresa. Le dijimos que íbamos a adjudicarnos el dinero del crédito para auxiliar a SAER pero que después lo devolveríamos. Le dijimos: ´Lo vamos depositar para SAER, que está en situación ahogada´. Y lo devolvimos. Y así se hizo. Dolores dijo que no iba a participar. ´Si hay que devolverlo, no participo´, nos dijo. El dinero fue devuelto. Eso está superprobado”, señaló.
En su declaración, señaló: “Resulta que ahora los malos somos nosotros, y la víctima es ella, que se fue desprendiendo de sus bienes. Siempre me dio pena que se haya desprendido de sus bienes. Soy muy tradicional. Me dio mucha pena que se fuera desprendiendo de sus bienes familiares. Es un privilegio, así como mis padres, mis suegros, m i marido, nos transmitieran los bienes, yo quisiera poder transmitir limpiamente los bienes a mis hijos y a mis nietos. No quiero que nos tiren al barro. No queremos terminar como familia peleados”.
Luego, aseguró que Dolores acusa a su madre y a sus hermanos de haber utilizado un crédito tomado por la sociedad familiar para fines productivos en auxiliar a otra de las firmas de los Etchevehere, SAER, y en particular a la venta de inmuebles. “Ella alega que con ese dinero nosotros compramos patrimonio de esa empresa, y a ella la dejamos sin participar. Qué había pasado: nosotros no compramos nada. Que lo demuestren si no es así. Pero además, Dolores ya había vendido sus acciones. No era dueña de SAER. Podíamos haber comprado o no, pero ella no era dueña de SAER”, apuntó.
La madre restó relevancia a la hija para denunciar manejos y eventuales desmanejos en las sociedades familiares por cuanto ya se desprendió de su participación. “No es propietaria, no es accionista. No tenemos ninguna vinculación. Y lo siento, soy la madre, pero terminó así, terminó sin patrimonio. Yo respeto mucho lo que es el patrimonio”, señaló.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora