La sucursal Paraná de la cadena de electrodomésticos Garbarino sigue con sus puertas abiertas, aunque la zozobra recorre a todas las bocas que hay en el país. El diario El Cronista reveló hoy que a las demandas judiciales que le iniciaron acreedores, como Aerolíneas Argentinas y Boca Juniors, y la disputa gremial que encabezan trabajadores de las distintas unidades del grupo, se suma un nuevo capítulo en la relación de la cadena con los proveedores. La empresa bajó los pedidos de mercadería y los fabricantes de electrodomésticos y equipos de electrónica comenzaron a interrumpir las entregas hasta que la compañía no regularice el pago de sus abultadas deudas. Los mismos empleados hablan de una «parálisis comercial». Aseguran que se registran faltantes de mercadería y que varias sucursales no tienen sistema para operar. «Dentro del hermetismo que Garbarino maneja, sabemos que no están entregando mercadería porque no está pagando», expresó en diálogo con El Cronista una delegada gremial de la compañía. «Buena parte de los locales están cerrados y los pocos que están abiertos están casi desabastecidos, sin poder vender ni cobrar cuotas o devolver los importes por las ventas no entregadas, porque se suspendieron los sistemas informáticos. Recién ahora volvió a funcionar la página, con fecha de entrega para fines de julio», amplió. Como consecuencia, en las redes sociales, se multiplicaron las quejas de los consumidores, que efectuaron compras en los últimos días y aún no recibieron sus productos. Aseguran que Garbarino no les precisa una fecha ni un tiempo estimado de entrega. Al respecto, la empresa fue imputada debido a presuntas infracciones a la Ley de Defensa del Consumidor, por incumplimientos relacionados con los plazos de envío de sus ventas online, por brindar información confusa y por contar con deficientes canales de atención, según informó el Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación. «Se registraron reiterados reclamos por problemas relacionados con la entrega de los productos adquiridos y la falta de respuesta», indicaron desde la cartera que encabeza Matías Kulfas. La recuperación de la confianza de los acreedores comerciales fue uno de los puntos en los que más debió trabajar cuando asumió la dirección del grupo Carlos Rosales, su dueño desde hace un año. Protesorero de San Lorenzo de Almagro, es titular de la aseguradora Prof.  A la hora de negociar, la mayoría de los fabricantes bajaron sus exigencias y aceptaron una quita cercana al 35%, con un período de gracia de 18 meses para no interrumpir el flujo comercial. «Parte de estas deudas no se llegaron a saldar», argumenta un conocedor de la situación financiera de la cadena. La empresa tendría las negociaciones avanzadas con un nuevo interesado en sumarse como accionista, que aportaría capital y la ayudaría a regularizar sus deudas. En caso de que avance la oferta, la prioridad será que los fondos se destine primero al pago de proveedores, para acceder de nuevo a la compra de mercadería.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora