A la jueza María Evangelina Bruzzo le tomó apenas 3,47 minutos leer el adelanto de sentencia aquel mediodía del 5 de abril de 2019 en los Tribunales de Concepción del Uruguay y dar a conocer la sentencia condenatoria del cura Marcelino Ricardo Moya: 17 años de cárcel por abuso y corrupción de menores.
Ese día, Pablo Huck, uno de los denunciantes y víctima de los abusos del cura Moya en Villaguay, escuchó la condena a un costado del salón de audiencias. ¿Qué pasaba por la cabeza de este médico psiquiatra que a lo largo de los últimos años debió atravesar un duro proceso de sanación hasta por fin denunciar, en 2015, los abusos que soportó siendo niño en la casa parroquial de Santa Rosa de Lima, en Villaguay?
-¿Qué pasaba? No sé qué pasaba. Yo sabía que habíamos hecho todo, pero como había sido estafado con el abuso, no quería una nueva estafa. No quería cargarme de muchas expectativas, y no llegué cargado de demasiadas expectativas. Estaba como freezado. Creo que todavía no caí. Esto viene desde hace más de 25 años. No se resuelve en un día. Yo sabía que la condena se iba a dar, pero también sabía que la estafa y la mentira también están. He desconfiado tanto, que estaba en una situación ambigua. Pero ya está: el tipo está condenado. Lo otro que pasó es que quedó muy al descubierto el encubrimiento de la Iglesia. Pero también ahora sabemos que todos en Villaguay fuimos víctimas de Moya.
Después de aquella primera condena, llegó la apelación de la defensa del cura Moya por el lado de la ley del olvido, la prescripción. La Cámara de Casación Penal de Concordia rechazó esa vía, pero el viernes 27 de este mes se dio a conocer la decisión de la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), que hizo lugar a la impugnación extraordinaria, dispuso la prescripción de la acción penal y dictó el sobreseimiento del cura Moya. La decisión lleva las firmas de los vocales Daniel Carubia y Miguel Giorgio, el primer juez del STJ designado bajo la administración del gobernador Gustavo Bordet.
Pablo Huck acepta hablar con Entre Ríos Ahora luego de la decisión de la Sala Penal del ST y después de que “haya decantado todo esto adentro mío”, y dice: “Me parece importante, más allá de la bronca y la indignación, que hay que remarcar que Moya está condenado. Si queda libre, habrá zafado de la cárcel, y será un delincuente libre. Pero los delitos fueron comprobados. Es importante que se sepa”.
La decisión del máximo tribunal provincial, no obstante, no está firme: queda una nueva instancia. La Procuración y la defensa anticiparon que recurrirán con un recurso extraordinario federal para llegar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que reviste el perdón al cura Moya. Después de resaltar ese punto, Pablo Huck hace una diferenciación:
-“Me parece grave que se tome esta decisión después de que todos los agentes de la Justicia que intervinieron antes, conociendo el concepto de prescripción, no le hayan dado lugar, y ahora sí. Acá hay dos jueces que sí hacen lugar a ese pedido de Moya. Entonces, lo que veo es que la surte que vayan a correr los niños y adolescentes que estén cerca de Moya queda librado al azar y no a un verdadero análisis del delito y de la pena. Parece que se trata de una cuestión meramente egoísta.
Después, recuerda los fallos del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Concordia y de la Cámara de Casación Penal de Concordia y sostiene que los jueces en sus pronunciamientos, al dar lugar al enjuiciamiento y luego dejar sentada la condena, “hablan en sus fundamentos de tratados internacionales, de derechos del niño, lo hacen con fundamento no por capricho o por una cuestión de empatía con las víctimas”.
¿Qué sigue ahora? Ahora sigue, dice, “seguir esperando, con la certeza y la tranquilidad de haberle puesto todo siempre, y haber dejado todo en la cancha. Pero ojo, la preocupación ahora debería ser para los padres y madres de quienes van a dejar sus hijos cerca de Moya; o cualquier fiel que vaya un día a entrar a una iglesia, y que sea Moya quien dé la misa, y ponga la hostia en su boca. De solo pensarlo, se me revuelve el estómago”.
Foto: La Nación
De la Redacción de Entre Ríos Ahora