De modo irregular, los panfletos aparecieron sobre la cartelería urbana, tapando publicidades ya existentes y contratadas.
“Argentino. Memorice esta letra”, dice desde el título el bando: “Tu reinarás, este es el grito /Que ardiente exhala nuestra fe / Tu reinarás, oh, Rey Bendito / Pues tu dijiste reinaré / Reine Jesús por siempre /Reine su corazón / En nuestra Patria, en nuestro suelo /Que es de María la Nación / Tu reinarás, honda esperanza / Que el alma llena de placer /Habrá por fin paz y bonanza /Felicidad habrá doquier / Tu reinarás, dichosa era / Dichoso pueblo con tal Rey / Será tu cruz nuestra bandera / Tu amor será nuestra gran ley”.
Después, agrega: “Al son de esta marcha, restauramos la Argentina”.
El despliegue de patrioterismo coincide con la festividad, este sábado, de Cristo Rey
Se trata de una de festividad religiosa impuesta por el papa Pio XI en 1925 y viene a constituirse en el cierre del año litúrgico para los católicos, y que organiza los tiempos y celebraciones según distintos pasajes de la Biblia. Y precede al Adviento (que se traduce como “llegada”), antes de la Navidad.
Aunque los vivas a Cristo Rey en Paraná no han tenido buena prensa.
En los últimos años, la arenga ha estado asociada a hechos de intolerancia y acciones desde las sombras de intimidación.
Una de sus últimas versiones ha sido el minúsculo grupo de ultraderecha Martillo de Herejes, que se adjudicó pintadas agresivas hacia el personal médico del Hospital San Roque y tildándolas de abortistas.
Después, se ensañaron con el mural de la campaña nacional por el aborto legal, seguro y gratuito, pintados en las paredes del edificio de Ciencias Económica, en La Rioja y Urquiza.
“Les presentamos la nueva obra maestra de Martillo de Herejes. Esto si que es arte y no esa inmundicia que pintan los rojos, que mas que arte es suciedad! ¡¡¡Viva Cristo Rey!!! ¡¡¡Aborto = Asesinato!!! ”, escribieron al dar cuenta cómo habían borrado aquel mural.
En 2005, el dirigente judío local Eduardo Furman: recibió una calavera con una esvástica (símbolo del nazismo) y la leyenda “Viva Cristo Rey”.
“Fue ése el grito de guerra con el que se había agredido al rabino Daniel Dolinsky y al comerciante Eduardo Altman”, recordó el periodista Jorge Riani, en un hecho sucedido en 2004.
“´Viva Cristo rey´ es el sello que lleva una nueva acción de intolerancia que salió recientemente a la luz y que tuvo como destinatario al presidente de la seccional Paraná de la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA), Eduardo Furman. El dirigente de la comunidad judía recibió en su oficina un sobre con la imagen de una calavera, con una cruz esvástica y la inconfundible frase: ´Viva Cristo rey´. Hay que recordar que ese mismo grito de guerra fue el que lanzaron los jóvenes de escuela secundaria que agraviaron al rabino Daniel Dolinsky en diciembre del año pasado cuando tomaba parte en un debate multisectorial en el que se opinaba sobre un proyecto de ley para permitir la práctica de vasectomías y ligaduras de trompas de Falopio en los hospitales públicos entrerrianos”, recordó Riani en 2005.
“Andate, judío, que Argentina es un país católico”, fue la frase con la que comenzaron a increpar al comerciante local Eduardo Altman, para luego seguirla con el religioso judío oriundo de Santa Fe. La expresión desnuda una fobia extrema, al punto de excluir de la condición de argentino a quienes no se consagran como católicos de corte ortodoxo, y extenderlo con amenazas concretas.

Se niegan a aceptar también la Declaración Nostra Aetate del mismo pontífice, por medio de la cual la Iglesia -después de siglos de un camino contrario- desautoriza el odio a los judíos. En cambio, reivindican la teoría “del crimen de deicidio” inventado por Melito de Sardes en el año 150, que centra la responsabilidad de la muerte de Cristo en los judíos.
Las facciones más ultraconservadoras del catolicismo en la ciudad ha tenido su expresión, antaño, en el finado arzobispo Adolfo Servando Tortolo y las expresiones de “Tacuara” en el Seminario de Paraná, y más acá en el tiempo, en Alberto González Guerrico y José María Pincemin, este último recordado por haber hecho un exorcismo en las escalinatas de la Catedral durante la marcha del Encuentro Nacional de Mujeres que se realizó en Paraná, en 2010.