El abogado Milton Urrutia, defensor del cura Juan Diego Escobar Gaviria, sobre quien pesan tres denuncias judiciales por abuso de menores, dijo que procurará imponer el silencio en la investigación y que los fiscales Federico Uriburu y Rodrigo Molina se abstengan de hacer declaraciones.
Urrutia, que ha sido querellante en la causa por los abusos de otro sacerdote, Justo José Ilarraz, adelantó que hará una presentación formal para que los fiscales se abstengan de hacer declaraciones al periodismo. No sólo eso: también va a reclamar que se imponga “una grave multa” al Ministerio Público fiscal(por brindar datos de una caso que involucra a un menor, y, del mismo modo, se eleven esas actuaciones al Superior Tribunal de Justicia (STJ), adelantó.
El pedido lo dirigió al procurador general de la provincia, Jorge García.
Y, paradójicamente, es la misma petición que hizo a la Justicia el 5 de noviembre de 2012 el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, a poco de empezar a tramitarse la causa Ilarraz.
Entonces, se supo que Puiggari había puesto condiciones a la Justicia para prestar declaración como testigo en el marco de la causa penal “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción de menores agravada”, que investiga abusos a seminaristas entre los años 1985 y 1993.
Dijo entonces que declararía por escrito –y así efectivamente lo hizo–, y que lo haría “una vez que se resuelva la cuestión de prescripción de acción penal planteada”.
El texto de la presentación de Puiggari daba cuenta de la decisión de la Curia de “colaborar con la Justicia para el esclarecimiento de la verdad y el logro del bien”, pero a la vez hacía un reproche. Así, expresó el “profundo dolor que observo tanto de las víctimas denunciantes como de tantas personas que han sido mencionadas en la causa y por el periodismo, sin haber tenido intervención alguna, afectándose su honra personal”.
También el arzobispo hizo saber al juez que “ha causado dolor cómo se ha agraviado al Seminario Arquidiocesano de Paraná, extrayendo fotos de lugares y espacios que no guardan relación alguna con los hechos investigados”.
En la causa Ilarraz, siete víctimas denuncias por abuso al exprefecto de disciplina del Seminario Arquidioceano Nuestra Señora del Cenáculo. El cura está a punto de sentarse en el banquillo de los acusados: ya hay tribunal para juzgarlo en juicio oral y sólo resta que se ponga fecha a las audiencias.
Urrutia fue querellante e impulsor de esa investigación. Pero ahora está en la vereda de enfrente: es defensor de otro cura, Escobara Gaviria, a quien se acusa de abusos en la Parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González. La primera denuncia la presentaron las monjas que dirigen el Colegio Castro Barros San José, de esa ciudad, y que ahora tramita la Justicia de Nogoyá.
El cura está confinado en Oro Verde, donde se han comenzado a levantar voces de protesta: quieren declararlo persona no grata.
Mientras, el defensor Urrutia ha resuelto pelearse con los fiscales.
En declaraciones que formuló a “Paralelo 32”, de Crespo, sostuvo el abogado que se trata de una “causa armada” por los fiscales en base a una “falsa denuncia”.
Y agregó: “Están realizando una persecución a la Iglesia, están actuando con mucha liviandad y hablando de los hechos con los medios, contando detalles sobre cómo van las actuaciones”.
Raro: antes reprochaba ese mismo silenciamiento de parte de la Iglesia en la causa Ilarraz.
Foto: «Análisis Digital».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.