Las fachadas históricas de la ciudad dan paso a las construcciones en altura. Casi todo se derrumba, troca, deja de existir. En algunos rincones, las viejas fachadas resisten el paso del tiempo y el paso implacable del nuevo negocio inmobiliario. En bulevard Racedo al 200, en ese sector adquinado que está muy dejado a la buena de Dios, hay una casona de la que se mantienen malamente en pie las paredes. La fachada anuncia un próximo derrumbe. Unos puestos calzados en la vereda logran sostener por ahora la estructura y evita, así, la caída inexorable.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora