Vitoria, País Vasco, España, diciembre de 2021

 

 

«Estás generalizando», me dicen….

Es curioso cómo a los que fuimos víctimas de abuso sexual por parte de un sacerdote de la Iglesia Católica, cuando queremos expresarnos, desde nuestra débil capacidad para afrontar este trauma, muchos de los católicos nos piden ser perfectos, y no generalizar.

Es difícil eh…no generalizar, y no ponerlos a todos en el mismo saco. Es muy difícil.

Sobre todo, cuando vuestra ideología también me está discriminando como persona en mí orientación sexual y forma de vida.

Es tan desestabilizador vuestra doble moral y mensaje: oficialmente, la Institución nos rechaza (a día de hoy, a mí, particularmente, tanto como víctima y como persona) y en el trato personal solo algunos de ustedes me ven como «algo normal», porque algunos de ustedes tienen «amigos gay», y son «muy buenas personas»…

La institución nos quiere «acoger pastoralmente», y me pregunto: ¿pero qué es esto? Es como decir:  son inferiores y los acogemos. También, se deja ver que si queremos ser parte y compartir con ustedes, tenemos que dejar de tener sexo y ser castos. No me lo estoy inventando: todo esto está ahora mismo, diciembre de 2021, en su catecismo.

No entiendo cómo se puede estar en una institución que posee esta doble forma de relacionarse con el entorno.

Es complicado vivir una espiritualidad que creo que es necesaria para toda persona (conocerse a uno mismo, querer, dejarse querer…etc) y al mismo tiempo sostener a esta institución con esta forma esquizofrénica de relacionarse con el entorno.

Yo agradezco el trato personal de tantos amigos y conocidos católicos, pero me preocupa cada día más la incapacidad de cambio, y la falta de adaptación a la diversidad humana, la radicalidad y la incomprension.

Y la inmadurez afectiva, emocional, relacional y sexual.

Como víctima de un integrante de esta institución es normal que generalice. ¿Vos cómo te expresarías? ¿Cómo lo harías?

Nos piden salud, ser correctos al expresarnos…y no nos ayudan a pagar ni un peso! para afrontar nuestras terapias.

Lo último que me han dicho desde Argentina (Comisión de Abusos, creada por la iglesia de allí) es que debo iniciar “procesos civiles para que se determine el monto económico»…y no querían revictimizarme, me dijeron hace dos años y medio a atrás…

Aquí, en Vitoria, la Iglesia local…me ha escuchado…y estoy pendiente de respuesta, solo les he pedido ayuda para pagar mi terapia…

Es difícil no generalizar…pero creo que está en sus manos y no en las mías.

 

Sergio Decuyper

Sobreviviente de abusos de un miembro de la Iglesia Católica

«Me abusó mi tío sacerdote»: el duro testimonio de Sergio Decuyper