Rosario Ignacio La Barba protagonizó este martes el testimonio más autorreferencial en el marco del megajuicio al exgobernador Sergio Urribarri, un proceso en el que están siendo juzgados dos de sus exministros, Pedro Báez, de Cultura y Comunicación, y de Turismo, Hugo Marsó, parientes, exfuncionarios, amigos y empresarios ligados a la comunicación.
Desde el 27 de septiembre se ventilan hechos y situaciones que se relacionan con cinco causas de corrupción que la Fiscalía reprocha al exgobernador y actual embajador argentino en Israel.
La Barba no aportó demasiados datos sobre los cinco hechos que se investigan sobre el gobierno de Urribarri; más bien habló extensamente sobre su larga trayectoria como publicista ligado a campañas electorales del peronismo, particularmente al exgobernador enjuiciado.
“Tengo una larga historia en la comunicación política, en el marketing político y en la comunicación electoral”, se presentó La Barba, que dio respuestas extensísimas y ensayó piezas oratorias en las que se vanaglorió de todo lo hecho en sus 35 años dedicados a la comunicación política, siempre ligada a candidatos del Partido Justicialista. Estuvo al frente, por ejemplo, en cinco campañas hechas por encargo del exgobernador Urribarri: 2007, 2009, 2011, 2013 y 2015.
Aunque sus inicios en la actividad fueron muy antes: en 1987, junto al exgobernador Jorge Pedro Busti. “En 1987 tuve mi primera incursión en la comunicación política”, contó. “En aquel tiempo las campañas se hacían arriba del auto, acompañando al candidato”, reseñó. “He desarrollado más de 150 campañas políticas. En Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Santa Fe, Chaco, Tucumán, Jujuy. He desarrollado campañas a concejal, a intendentes, a gobernador. También, una campaña legislativa para Italia”, describió, y reveló que también ha colaborado con campañas electorales en Chile, en Uruguay –junto al equipo del expresidente José “Pepe” Mujica-; en España, con Pablo Iglesias; también en Venezuela.
“Los grandes comunicadores somos gurúes, porque nuestra tarea es más intuitiva que científica”, ilustró al tribunal que juzga a Urribarri, y que integran José María Chemez, María Carolina Castagno y Elvio Osir Garzón. En algún tiempo, además, contó, fue periodista: tuvo la corresponsalía del desaparecido diario Sur, y escribió para Clarín.
Pero lo suyo, lo repitió en varios pasajes de su larga exposición, han sido las campañas políticas. En ese contexto, mencionó la campaña para intendente de Concordia de Hernán Orduna, en 1999. “Tuvo una gráfica que rompió cánones”, destacó, y entre los logros también mencionó la campaña de Héctor Maya, “que si bien no fue exitosa, fue la irrupción de un estilo que no se había dado hasta ese momento”, reveló.
Y respecto de su tarea, dijo que “la comunicación política requiere de especialistas. Cuando uno busca un colaborador, trata de encontrar a alguien que entienda de política”. En ese camino, se encontró con Emiliano Giacopuzzi, imputado en el megajuicio, a quien la Fiscalía acusa de prestanombres para el cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera. Dijo que le enseñó a Giacopuzzi todo lo que sabe de comunicación política y que lo descubrió mientras estudiaba Diseño Gráfico en Santa Fe. “Le vi talento para la comunicación política a Emiliano. Además, era peronista y yo siempre trabajé para el peronismo”, reveló.
La Barba se quejó amargamente del trato que ha tenido en la prensa por su labor profesional. “Por estar en la comunicación política, he sido denostado en los medios. Nunca tuve la posibilidad de responder. Nunca lo voy a hacer: soy un defensor de la libertad de expresión. Vine acá a demostrar la verdad. Es lo único que nos queda ante lo que se viene con las ´fake news´”, aseguró. Y entonces citó al autor de Los hermanos Karamazov, Fiódor Dostoyevski, y también a Friedrich Nietzsche, y habló de la existencia o no de Dios, y ancló esa discusión con otra, la búsqueda de la verdad como contraposición a las ´fake news´.
“Cuando me convocaron –al juicio- pedí a los defensores que pregunten lo que quieran. Quiero hablar de lo que sé. Por ser denostado por algunos medios de comunicación, jamás he sido convocado a una entrevista periodística para hablar de toda mi trayectoria. Jamás. Ahora, para hablar mal de mi persona, de mi familia, que no viene al caso, cada uno tiene derecho a decir lo que quiera, pero no a faltar la verdad. Si algo defiendo es la verdad y la democracia”, planteó La Barba, que se presentó como el “creador” de la frase “el Sueño Entrerriano” para instalar la figura de Urribarri.
“El Sueño Entrerriano fue una campaña disruptiva. Tremenda”, aseguró La Barba. Y entonces, fue largando una a una frases destinadas a generar impacto. Dijo que una campaña electoral “es una invasión fugaz, rápida”; que una campaña de gobierno “es la segunda guerra mundial”; y a la comunicación pública la definió como “una pelea de trinchera”.
El defensor Miguel Cullen le preguntó si, por su relación con Giacopuzzi, alguna vez éste le mencionó a Aguilera. “No, en absoluto –respondió, tajante-. Tampoco yo tenía reuniones largas con Giacopuzzi. La verdad, no. Nunca compartimos una cerveza ni un sándwich con Emiliano”.
Defendió cada una de las acciones del gobierno de Urribarri puestas al trasluz en el megajuicio. El parador montado en Mar del Plata en enero de 2015, que le costó a la Provincia $14 millones, dijo que fue una “acción de marketing directo. Y siempre está atado a modas. En esa época, el parador fue una moda que vino de Punta del Este; también apareció la moda de los inflables. En la costa había en todos lados stands –dijo, y aclaró:-. No fui al parador. Pero, bueno, conozco un poco. Es un marketing directo para promocionar la actividad turística. Es lo que yo veo”.
Después, agregó: “Voy a ser categórico, porque conozco el tema. Eso es una comunicación estrictamente gubernamental. Aunque haya tenido una foto o cien fotos de Urribarri. No se puede considerar electoral”.
El defensor Marcos Rodríguez Allende le hizo una pregunta destinada a que La Barba volviera a lucirse. Lo consultó sobre el autor de la campaña “el Sueño Entrerriano”.
-¿Quién fue?
.Fui yo. El Sueño Entrerriano fue una idea desarrollada para las elecciones legislativas a senadores y diputados nacionales del año 2013. Y fue desarrollada como el punto de partida y cierre.
-Más allá de 2013, ¿ese eslogan se volvió a utilizar?
-No; yo no lo usé. Además, ese eslogan tenía una finalidad electoral y finalizó con la elección. Es uno de mis orgullos por lo disruptiva que fue esa campaña.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora