Gerardo Caruso se sentó hoy frente al tribunal que integran los jueces José María Chemez, María Carolina Castagno y Elvio Osir Garzón dispuesto a contar su verdad en torno a la acusación que pesa sobre él en el marco del megajuicio que se sigue al exgobernador Sergio Urribarri. Caruso quedó involucrado en la causa del “Sueño Entrerriano” por el armado de un pelotero en las playas de Mar del Plata en el verano de 2015.

Ante el tribunal Caruso, que tiene el apodo “Foia”, se presentó con un currículo extenso y variopinto, pero antes de decir todo lo que tenía para decir, pidió disculpas. “Quiero pedir disculpas porque no estoy habituado a hablar en público, y menos en una situación como esta, que me es inédita e incomprensible para mí. En la combinación de estas cosas, usted, señor presidente, sabrá comprender mis nervios y mi torpeza”, le dijo al presidente del tribunal, José María Chemez.

Después, aclaró que “siempre he sido muy reservado, y nunca me ha gustado hablar de mí o de mi trabajo, salvo en mi ámbito laboral, en el mundo en que yo me muevo. El buen nombre se basa en lo construido con ideas y en el trabajo de todos los días”.

Después, sí, sacó su bio: se declaró “poeta, periodista, gestor cultural, productor integral de medios, y en mi profesión hay un dicho popular, que dice que lo importante no es llegar sino mantenerse”.

Habló de haber sido productor de programas de TV de “alto rating”, de participar en obras de teatro en “grandes temporadas” o de organizar multitudinarios recitales en la vía pública. Pero, claro, además de esos quehaceres, también se declaró poeta. “He publicado seis libros de poesía en mi trayectoria, he recibido varios premios , algunos Martín Fierro, por ejemplo en 2010, con Susana (Giménez, aunque dio por hecho que todos en ese salón desangelado de Tribunales sabían a quién se refería); o en 2013, con Fútbol para Todos. También recibió un premio Tato, que es un premio muy importante en la TV, porque es entregado por los productores independientes. He trabajador en los anales de televisión más importantes del país. He estado 8 años en Telefe; he sido el productor durante casi cinco años de Susana Giménez, me ha tocado entrevistar a figuras de primer nivel internacional y nacional, como Shakira, Liza Minelli, Woody Allen, Sophia Loren, y en lo nacional, Charly García, Mercedes Sosa, Sandro”.

Sumó otros galardones y empleos varios, aquí y acullá, pero lo medular era su declaración en torno al montaje del parador playero en Mar del Plata, en enero de 2015, encargado por la administración Urribarri, que Caruso hizo a través de su empresa, El Juego en Que Andamos –un nombre, dice, que tomó de un verso de su “amigo” el poeta Juan Gelman-, a un costo de $14 millones. Hizo una extensa declaración en la que sólo aceptó preguntas de su abogado defensor, Emilio Fouces, y lo hizo para “contestar algunas de las tantas falsedades de la acusación”.

El dato que relevó en la hojarasca que fue su declaración es que para montar el parador, e invertir los $14 millones que se comprometió a invertir al ganar la licitación exprés que lanzó la Provincia, debió salir a pedir plata, aun cuando la productora El Juego en Que Andamos era la tercera en su largo historial, y que se vanaglorió de sus muchos trabajos, producciones y éxitos que cosechó a lo largo de su vida. Uno de los financiadores para esa instalación fue nada menos que el cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera.

-¿En algún momento fue deudor de Aguilera? –le preguntó Fouces.

-Sí.

-¿Por qué motivos?

-Cuando se me adjudica la licitación, al poco tiempo había que inaugurar el parador, el 3 de enero, y teniendo ya el pliego adjudicado y la certeza del primer pago por parte del Ministerio de Turisimo recién a mitad de enero, tuve que salir a buscar asistencia financiera para cubrir mi inversión, que en este caso era casi la totalidad del monto de la propuesta ($14 millones, NdelR). El 3 de enero el parador tenía que estar funcionando. Son trabajos en los que la casi totalidad de la inversión se inyecta antes. Al tener tan poco tiempo de preproducción, salimos a buscar asistencia financiera a personas conocidas, a amistades, y uno de ellos fue Juan Pablo Aguilera. En ese marco, Juan Pablo Aguilera me presta dinero, y por eso yo en un momento le debía plata.

-¿Usted se la devolvió?

-Correcto. Parte en efectivo. Y otra parte mediante pagos a empresas con las que Aguilera había contraído deudas. Le pagué directamente a esas empresas para saldar esa deuda. Y así fue.

-¿Le hicieron factura a El Juego en Que Andamos?

-Correcto, porque teníamos todo bancarizado. Éramos muy prolijos con los números. Nos facturamos a nosotros y pagamos contra factura.

-¿De qué forma pagaron?

-Transferencia bancaria.

-¿Tuvo problemas con Afip?

-Nunca.

-¿Alguien le pidió un pago por beneficiarlo en esta licitación?

-Nadie, nunca

-¿Usted hizo alguna gestión con alguna autoridad, específicamente con Urribarri, con (el exministro de Turismo, Hugo) Marsó o con Aguilera?

-No.

-¿Estas tres personas, previo a la licitación, le facilitaron lo que iba a ser el pliego, le facilitaron información sobre el pliego, tuvo información privilegiada previo al proceso?

-Ninguna. Nunca.

 

Gerardo Caruso (Foto Análisis Digital).

 

Amigos son los amigos

 

Caruso dijo que fue el “número 1” del programa Fútbol para Todos, desde su creación, en 2009, hasta 2015, cuando se disolvió, y que en ese tiempo tuvo 500 personas a su cargo, y que por esa función “tenía vínculo con muchos gobernadores, con gobernadores de distintas provincias, con intendentes, con diputados nacionales o provinciales, senadores, ministros de la Nación y hasta incluso presidentes. También hablaba con Urribarri. Pero es una de las falsedades de la acusación. Yo no hablaba con Urribarri desde octubre de 2014. Hablaba desde 2009, cuando lo conocí. Además, Urribarri fue uno de los impulsores de Fútbol para Todos. Fue pieza clave para esa decisión política. Entonces lo conozco en aquellos tiempos, y a partir de ahí es donde yo cada tanto, de vez en cuando, empiezo a tener comunicaciones con él”.

Pero a pesar de esa larga amistad relató luego que tenía serias complicaciones para poder hablar por teléfono con el exgobernador.

“Siempre me resultó muy difícil la comunicación con Urribarri porque no me era fácil de encontrar”, aseguró Caruso. “Pero no hablaba solamente con Urribarri. Hablaba con varios gobernantes, me refiero a dos, porque creo que es lo que tiene que ver con lo que nos convoca: con Daniel Scioli, gobernador de Buenos Aires, y Gustavo Pulti, intendente de Mar del Plata. A Scioli lo conocí en la época de Susana… Giménez, perdón, y con Pulti empecé a tener diálogo con los torneos de verano de fútbol”, agregó.

 

Qué dice la acusación

El parador investigado se inauguró el 3 de enero de 2015. Costó a la provincia $14.561.870,00. Ese dinero fue cobrado por la firma “El juego en que andamos”, en la que es socio gerente Gerardo Caruso, también exdirector de Contenidos de Fútbol para Todos. La empresa que montó el parador ganó una licitación pública en diciembre de 2014, que en la justicia consideran que estuvo amañada y que fue ficticia, ya que se habría aparentado una compulsa con otra empresa, Castromil SRL. Ésta fue descartada porque no estaba inscripta en el Registro de Proveedores del Estado.

Los fiscales consideran que Urribarri y su entonces ministro de Turismo, Hugo Marsó, sustrajeron $14.561.870,00 para la instalación, montaje y puesta en funcionamiento del parador, empleando la contratación en provecho del entonces mandatario para promocionar, con fondos públicos, su precandidatura a presidente en las elecciones generales de 2015.

Los fiscales sospechan que parte del dinero con que se pagó el parador fue a la campaña de Urribarri. ¿Cómo? La firma de Caruso habría hecho transacciones bancarias por $2 millones hacia las empresas Tep SRL y Next SRL, vinculadas al cuñado de Urribarri, Juan Pablo Aguilera. A su vez, la empresa del exFútbol para Todos subcontrató a la cooperativa de trabajo “X la Plata Publicidad” Ltda. para realizar una campaña de difusión de la figura de Urribarri como precandidato a presidente. Por el servicio de cartelería en el vía pública a esta firma se le pagaron $338.800. En la causa también se menciona  a otras empresas como parte de esa operatoria. En el expediente constan pagos a Visual Ilusión SA, Megaprint, Wall Street Vía Pública SA y Fredy Publicidad SRL.

“El Juego en que andamos SRL”, que integra Caruso, tiene su sede  en Vera 952, piso 5°, departamento B, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Sin embargo, hubo un detalle que no escapó a los investigadores: en un documento se consignó que la firma tenía como domicilio en la provincia en calle Las Heras 207 de la ciudad de Larroque, departamento Gualeguaychú. Esa dirección es la casa familiar de Rubén Virué, exsecretario de Justicia de Entre Ríos –designado por Urribarri-, quien estuvo en el cargo hasta el 5 de junio de 2015.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora