Hay suciedad por todas partes. Pero en este lugar, este lunes feriado de carnaval, hay gente que va y que viene. No mucha. No es un día pico para embarcarse: para llegar o para salir. Una voz latosa anuncia por los altavoces la información básica para los pasajeros.
La Terminal de Ómnibus de Paraná es un sitio que expulsa. Tres señoras esperan el turno para embarcarse en un sitio inconveniente: la plataforma de maniobras de los colectivos. No ingresan al hall oscuro y descuidado, ni se sientan en sus bancos. Arriba, prendidos de unos admíniculos eternos, tres televisores mudos, cubiertos de telas de arañas. Hay pocos parroquianos en los bares.
En la Plaza Martín Fierro hay más vida: una pareja buscó refugio en una construcción de cemento que rodea un árbol. La gente espera en este lugar, un poco más amable. Pero no demasiado: a un costado, un contenedor repleto de basura atrae recolectores que revuelven, buscan, encuentran, se van. La basura sigue, queda. Otra gente va y viene. La pareja se separa: el muchacho va al contenedor a buscar algo. Encuentra algo y vuelve con la chica.
«Ponete el barbijo», le dice una chica a un muchacho a punto de embarcarse en un bus. El barbijo protege del virus. De no mucho más.
Tres muchachos que fungen de cuidacoches corren de un lado a otro: no hay muchos coches para cuidar. Ayudan a bajar a los pasajeros, o a subirse a sus vehículos.
El sol aprieta este lunes feriado. La Terminal es un lugar inhóspito, ora en días de calor, ora en días de frío.
Este lugar va camino a dejar de ser.
Este martes, en su discuso en la apertura de sesiones ordinarias del Concejo Deliberante de Paraná, el intendente Adán Bahl anunció que la Nación financiará la obra de la nueva Terminal, que se emplazará sobre Avenida Antonio Crespo.
Como contó Entre Ríos Ahora, la actual Terminal de Ómnibus se había proyectado para 30 años. Pero desde el vamos arrancó con déficits.
“Un sueño hecho realidad”. Así definió Julio Solanas, en su rol de intendente de Paraná, el 6 de diciembre de 1995, la obra de la nueva Terminal de Ómnibus, al dejarla inaugurada a escasos cuatro días del final de su mandato.
El edificio, ubicado en Avenida Ramírez, en el predio donde estaba el Mercado de Abasto, a metros de la Vieja Estación que por entonces era centro de otro ambicioso proyecto, fue habilitado de apuro, con detalles sin terminar, y con una vida útil que, al menos, se proyectaba para 30 años.
Es que ese período -tres décadas, hasta 2025- fue el tiempo establecido, en aquel momento, a la concesión otorgada a privados para explotar la nueva Terminal Supremo Entrerriano. Con opción a prórroga.
Sin embargo, la capacidad operativa de la estación nueva empezó a ponerse en duda bastante antes de esa fecha, tanto que en 2017, cuando trascurrían sólo 22 años, ya se iniciaron acciones concretas para hacer otra. Ahora, ya se sabe, habrá otra Terminal
De la Redacción de Entre Ríos Ahora