Tiene 80 años, medio siglo de vida en los medios -la radio, fundamentalmente, su gran amor-, una voz que conserva ese tono estereofónico del éter modulado y una dosis exagerada de falta de corrección política: nada como el salmón, y se ríe, con sonrisa radial de vamos que estamos en el aire, de todo eso que piensa. Es antikirchenista y no lo disimula, no le hace gracia el lenguaje inclusivo y reniega de la corporación política y sus pliegues más oscuros.

Este martes de sol generoso de verano Ana María Almirón de Álvarez, 80 años, está preparándose para el debut: se va a plantar frente a una cámara pero no en un estudio de televisión. Le hablará a su público con ese vozarrón de la AM de los 80 pero desde un vivo de Facebook. Lo hace este 8 de marzo, a las 20, y será, para ella, que ha recorrido todos los senderos de la comunicación, una prueba de fuego: después de que concluya el envío sabrá si seguirá o será debut o despedida.

Se ríe Ana María Almirón de Álvarez de esa posibilidad.

 

-Voy a probar -dice, como si fuera una principiante que va a grabar un piloto.

Su bio dice que en 1959  egresó de la Escuela Normal de Concordia como maestra, que fue docente en Sauce, Corrientes, en Los Charrúas y en General Campos, que fue locutora de LT15 de Concordia entre 1962 y 1967, que ese año, 1967, se radica en Paraná, que se casa al año siguiente, y que, todo a la vez, empieza a desempeñarse en LT14.

Su clásico de las mañanas de la radio pública de Paraná, “Mi Ciudad y Mi Gente”, empezó en 1985, un envío diario que duraba cuatro horas, que fue un éxito, pero que ese éxito la dejó, o la dejó la radio.

En 1992, se mudó a FM Litoral. Después, daría vida a una radio nueva, FM Contacto, para después volver a LT14 entre 1997 y 2001. Otra vez afuera de la radio pública, y otra vez a FM Litoral.

Ahora ya no está en ninguna radio. Sólo en tele, y por cable. Pero eso sólo hasta 2019.

El 8 de marzo de 2020 debutó en cable, Somos Paraná, pero el ciclo duró nada: a los pocos días se decretó el aislamiento social, preventino y obligatorio (ASPO) por la pandemia de coronavirus, y Ana María Almiráon de Álvarez, dentro del grupo de riesgeo, quedó, como la mayoría, encerrada y ya no pudo hacer su programa.

Ni en radio ni en TV. En ningún lado.

Es como si en los medios se hubiese iniciado una nueva era, una era en la que no tiene cabida Ana María Almirón de Álvarez.

-No me llaman. Soy un peligro. No me llamaron de LT14, ni de la Radio Municipal. Tampoco de los canales. Somos Paraná prácticamente no tiene programación en vivo. Está jubilando a toda la gente. Quedan muy pocos. Por eso, voy a hace mi programa en Facebook. Tengo mi público, que es la familia, y que me sigue. He recibido muchísimos mensajes de gente que está contena con mi vuelta.

Dice que seguirá hasta que ya no pueda caminar: lo dice con tono de sentencia firme. «Voy a estar en los medios hasta que no pueda caminar. Ahora camino con un bastón. Después, me voy a dedicar a escribiar. Ya lo hice antes, cuando hacía un suplemento. Ahora voy a estar en Facebook. Me adapto, porque tengo cosas para decir», suelta.

A los 23 años conoció a Mario Alvarez, su esposo para siempre, padre de sus tres hijos. Tuvo un noviazgo de año y medio por carta -cada uno viviendo en cada extremo de la provincia, Paraná y Concordia- y por amor, dice, frustró la continuidad de su carrera en los medios en Buenos Aires. Se quedó en Paraná y acá echó raíces. Dos de sus hijos están acá; el tercero, en Estados Unidos.

De los recuerdos que no habla de los años de plomo de la dictadura, cuando debió refugiarse en Victoria y hacer radio allá. «Nos echaron a Manuelito (Lencina) y a mí de LT14. Dijeron que era por ser posible o real elemento de perturbación. Pero no hablo mucho de ese tema. «El militar que estaba a cargo de la radio de Victoria me ponía los peores horarios para hacer locución», cuenta.

Ahora está en los 80 y sin chances de irse al retiro.

Se mofa de su fecha de cumpleaños.

-Cumplo años el mismo día que Cristina (Fernández de Kirchner, el 19 de febrero). Viste que Cristina no da el brazo a torcer; bueno, yo tampoco.

Tanto que ahora vuelve a hacer su programa, «Mi ciudad y mi gente», por Facebook.

-Siento que Dios me mira -dice.

Y tras eso repite los versos de Almafuerte que se sabe de memoria -«No te des vencido ni aún vencido…-, se mofa de sus achaques de salud -«estoy hecha pelota»- pero a los 80 vuelve. Ana María Almirón de Álvarez vuelve.

-Amo la radio, amo la televisión. Así que por eso vuelvo. Así como me ves estoy hecha pelota, pero aparento. Soy una artista.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora