La Plaza Mansilla fue el punto de partida elegido para “Pedaleamos Memoria”, actividad enmarcada en la conmemoración del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Allí se congregaron este sábado, los ciclista para dar inicio a un recorrido distinto a los de las actividades aeróbicas corrientes. Recorrer y visitar cada punto que recuerda los centros clandestinos de detención que existieron en Paraná durante la última dictadura. La iniciativa fue impulsadap por la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader).
A las bicicletas se sumaron también distintos vehículos y personas a pie que se iban acercando directamente a los puntos de referencia y a acompañar el acto final en el Campus Universitario en el cual de manera simbólica se plantó un árbol a modo de cierre para conmemorar a estudiantes y docentes universitarios, torturados y desaparecidos.
El circuito comprendió un total de diez kilómetros, dividido en cuatro tramos e incluyó las siguientes paradas: Destacamento de la Policía Federal, Museo Provincial de Bellas Artes, Monumento a la Memoria en Plaza Sáenz Peña, Unidad Penal Nº 1, Hospital Militar, Comando de la II Brigada Blindada, Escuela Primaria Nº 185 “Coronel Álvarez Condarco” y Campus de UADER. En cada uno de los puntos se contó con códigos QR que al ser escaneados por dispositivos móviles brindaban mayor información sobre cada espacio.
La propuesta, ideada por la Facultad de Ciencia y Tecnología de la Uader, contó con el acompañamiento de la Secretaría de Integración y Cooperación con la Comunidad y el Territorio de Rectorado y sumó rápidamente el interés y la adhesión del resto de las unidades académicas de la Universidad y de otros organismos y organizaciones sociales como la Municipalidad de Paraná, el Registro Único de la Verdad, la Subsecretaría de Derechos Humanos de la Provincia, HIJOS – Regional Paraná, Bomberos Voluntarios, Movilidad Activa, Clandebike e IAPSER.
Ampliar la convocatoria
“Hacemos memoria como presente y para construir futuro”, manifestó el rector de Uader, Luciano Filipuzzi, al final del recorrido en el Centro de Estudio Gastronómico Estudiantil de la Uader, que se levanta en terrenos que eran administrados por el Ejército en tiempos de la dictadura.
En el lugar, se hizo un breve acto, se plantó un algarrobo blanco del Vivero de Especies Nativas de la Escuela Agrotécnica Normal Rural Almafuerte. Allí, Filipuzzi agradeció a los participantes por sumarse a la iniciativa que buscó suscitar el interés de la ciudad y concitar la mirada “de sectores que por ahí no se involucran” en las acciones tradicionales de promoción de la memoria.
También hizo uso de la palabra la coordinadora del Área de Promoción de Derechos y Participación Ciudadana de Uader, Rosario Badano. “Hay centros clandestinos de detención que son marcas de la ciudad, que están invisibilizados. La universidad pública, en este caso la UADER, los pone visibles a partir de este recorrido. A partir de este momento ninguno de esos lugares va a ser lo mismo para todos nosotros”, resaltó la docente e investigadora que fue presa política entre 1975 y 1983.
Badano convocó a construir colectivamente “una cartografía de nuestra ciudad” que deje en claro que “acá también hubo horror, hubo exterminio, hubo desaparición”. “Honramos a nuestros muertos, nuestros perseguidos, con la alegría de no haber desistido nunca de tener y de construir un mundo mejor”, manifestó.
Puntos de interés
Los Centros Clandestinos de Detención (CCD) funcionaron en unidades penales, predios alejados y dependencias policiales, como la Dirección de Investigaciones de la Policía de Entre Ríos, que funcionaba en calle Buenos Aires 355, dónde actualmente está el Museo Provincial de Bellas Artes “Pedro E. Martínez”. Las cárceles de la provincia también participaron del esquema represivo. Dichas dependencias funcionaron como CCD propiamente dichos y en algunas circunstancias como lugares donde se procedía a la legalización de los hasta entonces desaparecidos. Tal es el caso de la Casa del Director y de la Unidad Familiar de la Unidad Penal Nº 1 que funcionó como Centro de Tortura y Desaparición. En el Hospital Militar de Paraná, se comprobó que funcionó una maternidad clandestina, dónde eran derivadas mujeres embarazadas que estaban ubicadas en el batallón de comunicaciones. Se estima dieron a luz unas 25 detenidas desaparecidas. Hecho que fue confirmado con la recuperación de la identidad de Sabrina Gullino en el año 2008, nacida en dicho nosocomio, hija de Tulio Valenzuela y de Raquel Negro militantes montoneros detenidos desaparecidos. La Escuela N° 185 Álvarez Condarco, ubicada entre las calles Guido Espano y General Alvarado, funcionó como CCD durante los últimos meses de 1976 y principios de 1977.