El 26 de junio de 2022 no es una fecha menor en el calendario de Valeria Sara Kedikian, de 46 años y que reside en Cosquín, provincia de Córdoba. Ese día, cerca de la medianoche, ingresó a la red social Facebook y buscó un grupo de más de 834 mil miembros con un nombre simple y claro para su propósito: ¿Dónde estás?

“Este grupo tiene como único objetivo ayudar solidariamente (sin fines de lucro) en la búsqueda de ese ser querido del que por ciertas circunstancias de la vida no sabes nada de él”, reza la presentación de la comunidad en la red.

En esta comunidad virtual, Valeria se animó a pedir colaboración para encontrar a su madre biológica, a quien nunca conoció. Su historia es una trama que involucra a un médico (ya fallecido) que, años más tarde, quedó involucrado en una causa judicial por la venta de una beba en 1998.

En la red social, Valeria escribió los pocos datos con los que cuenta: “Pasaron 46 años y finalmente me decidí a contar mi historia, no es fácil, es mi intimidad, mi privacidad, pero necesito encontrarte. Busco a mi mamá biológica: Me llamo Valeria Sara Kedikián, nací el 14 de mayo de 1976 en Santa Elena, Entre Ríos. El médico que atendió a mi mamá se llamaba Dr. Máximo Omar Metrailler (NdelaR: su segundo nombre era Oscar, y falleció en septiembre de 2008). El único dato que tengo es que mi mamá tenía 14 años cuando me dio a luz. Mamá: solo necesito encontrarte, abrazarte, decirte cuánta falta me haces. Siempre te imaginé, te soñé. Añoro me abraces, me aceptes, me quieras. Yo te quiero y te extraño desde siempre. Mis padres adoptivos siempre me contaron la verdad, desde pequeña, que era adoptada. Siento que es el momento de buscarte, encontrarte y compartir juntas el tiempo que más podamos, siempre te esperé, cada cumpleaños, cada navidad, cada día importante de mi vida y hasta el más triste, pero llegó el día de retomar mi búsqueda, ojalá prontito podamos conocernos”.

En diálogo con Entre Ríos Ahora, la mujer contó que tiene esperanzas en encontrar a su madre y que espera que alguien pueda aportar un dato.  “Lo único que me falta para ser completamente feliz es encontrar a mi mamá”, manifestó.

—¿Cómo se inicia tú búsqueda?

—Mi búsqueda comenzó en la adolescencia. Hoy tengo 46 años. Nací el 14 de mayo de 1976, en Santa Elena. Mi mamá fue atendida por el doctor Metrailler. Habría tenido 14 años cuando me dio a luz. Es el único dato certero que tengo. No tengo el nombre ni el apellido. Es el único dato que me pudieron dar mis padres adoptivos. Ellos siempre me contaron la verdad desde chiquitita. Siempre me acompañaron en la búsqueda. Ahora retomé la búsqueda con las redes sociales, que es diferente lo que era hace 20 años atrás.

—¿Cómo llegan tus padres de crianza a este médico en Santa Elena?

— Mis padres sabían que había un médico en Santa Elena que contactaba a chicas jóvenes o estudiantes que no podían tener a sus hijos y que los daban en adopción. El doctor Metrailler era como un mediador que contactaba a una parte y la otra. Así fue como mis padres lo contactaron. En mayo –de 1976- mis padres me fueron a buscar a Santa Elena. Mi partida de nacimiento dice que mis padres adoptivos son los bilógicos, pero no es así.

— ¿Se pudieron contactar en algún momento con el médico para que le brinde alguna información?

— En mi adolescencia, como a los 20 años, mi padre habló con el doctor. Le dijo que yo quería buscar mi identidad y que lejos estaba de nosotros causarle algún malestar o problema. El doctor dijo que iba a pensarlo y cuando mi padre habló de nuevo le dijo que no llevaba ningún registro y que no recordaba. Yo sé bien que mi mamá tenía 14 años porque ese dato se lo dieron a mis padres cuando recién me traen de Santa Elena. Yo era pequeña y convulsionaba. El pediatra le dice a mi mamá que pregunte cómo fue el parto, si fue natural o por cesaría. Le dijo que no pregunte nada más. Mi mamá se aferró a eso y cuando hablaron con Metrailler solamente le preguntó cómo fue el parto. Él le dijo que era una chica de 14 años y que fue por parto natural.

— ¿Pudiste saber si el médico tenía algún ayudante que pueda tener alguna información?

—Hace unos diez años viajé a Santa Elena. Había una señora que me ayudó con la búsqueda. Ella tenía conocimiento de que había una partera que ayudaba al doctor, pero la verdad es que no conocía los datos porque ella se ocupaba de las mamás y el doctor es quien daba los bebés a las familias. Como nací en 1976, en la época del Proceso, inclusive me hice le ADN en Abuelas de Plaza de Mayo. Mis padres vivían en ese momento y ellos me acompañaron. No fue fácil tomar la decisión y ellos siempre acompañaron mi búsqueda. Sin embargo, el ADN dio negativo.

—Hoy la única forma de hacer la búsqueda es difundir tu imagen en las redes y los medios y que alguien pueda reconocer algún rasgo de tu madre biológica y que pueda aportar alguna información.

—Es así. No fue fácil tomar la decisión. Si bien considero que soy una persona súper sociable no es fácil exponer la intimidad de uno. Tengo dos hermanos que son hijos de mis padres y les dije lo que iba a hacer, también hablé con mi familia y amigos cercanos. Todos me apoyaron en esta búsqueda. Esto surgió a partir de que una vecina me contó que en el canal A24 había una persona que era de un grupo de buscadores de todo el país. Me contacté con esta persona y me contó que son buscadores que trabajan con una ONG que hace los análisis de ADN en Estados Unidos. Esos buscadores luchan por una Ley de Identidad para que el Estado pueda cubrir (los gastos), porque Abuelas de Plaza de Mayo tienen aval del Estado pero solo para la época de la dictadura. En cambio, este grupo de buscadores buscan en todas las épocas. Esto me hizo decidirme a publicar en las redes y me sentí acompañada por la gente que me rodean.

—Lo único que me falta para ser completamente feliz es encontrar a mi mamá. No tengo interés en reclamos y reproches, más que pensar una vida juntas y compartir. Tenía 14 años mi mamá. Seguramente ella tenga su familia. Si la encuentro, respetaré la decisión que ella tome. Ojalá que podamos compartir lo mucho o poco que nos quede juntas. El derecho a la identidad tiene que ver con una necesidad de conocer el origen. Cuando difundí la historia, dije ‘ojalá que mi mamá me vea, que sepa que soy yo. Que soy parecida. Que recuerde la fecha. Que algún vecino que sepa, que me contacte por privado’. No tengo ninguna intención más que poder cerrar esta historia y esta etapa de mi vida que es muy importante para mí.

Antecedente

En el grupo de Facebook ¿Dónde estás? También se conoció la historia de otra mujer que busca a sus padres biológicos en Santa Elena. Se trata de Melina Rufino, de 34 años, quien vive en Venado Tuerto, provincia de Santa Fe. Relató que fue adoptada de forma irregular en 1987 cuando tenía tres meses y medios. Otro dato que llama la atención es la falsificación de su partida de nacimiento: al igual que en el caso de Kedikián, fue registrada como si sus padres adoptivos eran los biológicos.

La compra de una beba que fue noticia nacional

En 1999, la periodista de Página 12, Mariana Carabajal, contó un caso en el que se comprobó la compra de una beba en Santa Elena. La nota se tituló “La venta de una nena con la venia judicial” y relataba una historia de una adopción ilegal ocurrida en 1998. Por ese hecho fue condenado a 3 años de prisión en suspenso –que cumplió en su domicilio- el médico Oscar Metrailler.

La venta de una nena con la… by Entre Ríos Ahora

La nota, decía textualmente:

“La historia se remonta al 3 de diciembre de 1998, cuando Rita Pérez llegó al país, desde Nueva York, donde vivía hacía 20 años y trabajaba como comerciante. Según declaró, ese día se trasladó a Santa Elena, donde Oscar Metrailler, un viejo médico del lugar, la esperaba con una criatura. Había conocido al médico unos meses antes. ‘Me explicó que hay mucha pobreza y muchas madres que dejan a sus hijos, ya que no los pueden criar’, declaró Pérez ante la jueza de menores de Capital Federal. La mujer, sin hijos, admitió que había averiguado sobre la posibilidad de adoptar, pero que tal procedimiento se le hacía ‘muy difícil por no tener una residencia habitual’ en la Argentina. Pérez aseguró que había acordado con Metrailler, de 78 años, darle 2.400 pesos para pagar el parto, pero que ‘poco tiempo antes de retirar a la niña’ el médico le hizo saber que ‘los gastos se habían incrementado y que además sería necesario comprarle una vivienda a la madre, ya que no tenía dónde vivir con sus otros hijos’. Pérez desembolsó 20.000 dólares, que se los habría quedado Metrailler, y después de inscribir como propia a la recién nacida regresó a Buenos Aires en un taxi aéreo”.

Luego agregaba que la psicóloga fue retenida 14 de diciembre de 1998 por un agente de la Policía Federal que advirtió incongruencias en la documentación de la beba y que ese procedimiento desembocó en una investigación más amplia. De inmediato se le abrió una causa en la que se comprobó la trama detrás de la compra de la bebé.

En el proceso, Pérez fue defendida por al abogado Julio Federik y recibió una suspensión de juicio a prueba y los jueces del Tribunal Oral Federal de Paraná le concedieron la guarda de la beba que había comprado.

El médico, en cambio, fue condenado el 16 de noviembre de 1999 a tres años de prisión condicional.

En julio de 2005, el entonces juez de Ejecución del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, Roberto López Arango, rehabilitó a Metrailler para ejercer como profesional médico. Tres años más tarde, en 2008, falleció.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.