Entre abrazos interminables y luego de la misa, el último domingo Leonardo Javier Tovar se despidió como cura de su comunidad, la parroquia de San Antonio de Padua, en la localidad de San Antonio Oeste, Río Negro. Llegó a esa ciudad en 2019, luego de pasar un tiempo en el templo de San Cayetano en Buenos Aires. Llegó como exiliado de la diócesis de Paraná luego de sus fuertes diferentes con el arzobispo Juan Alberto Puiggari, a quien trató de mentiroso por su actitud ante el juicio al cura abusador Justo José Ilarraz. Tovar dejó momentáneamente el sacerdocio. Obtuvo una dispensa de su obispo, Esteban Laxague, y volvió a su Santa Fe natal, a cuidar a su padre.

 

La otra despedida del cura Tovar

De la Redacción de Entre Ríos Ahora