“La fábrica está fracasando, las expectativas nunca fueron logradas, lo anunciado nunca fue cumplido y es una pena porque todos queremos lo mejor para Cerrito y su zona”.
La declaración pertenece al abogado Flavio Steven, que representa a los 12 trabajadores despedido de la fábrica de cartuchos CTL Activ Argentina SA, de Cerrito, inaugurada con pompa y circunstancia en 2011 por el exgobernador Sergio Urribarri con la promesa incierta de que emplearía a 120 personas.
Hoy, apenas quedan 9 trabajadores. Este mes hubo 12 despidos, el principio del fin de un megaproyecto que ahora hace agua.
Steven viajó el jueves último a una audiencia de conciliación en Trabajo para alcanzar una solución para los despedidos, pero entonces no acudió ningún representante de la firma en conflicto.
Encima, el escenario viene de mal en peor. La empresa ya había suspendido a 30 trabajadores por un lapso de 30 días en abril pasado, según recordó el sitio www.paranacampaña.com.ar.
El abogado recordó que la fábrica no resultó ser una “fuente generadora de un desarrollo para Cerrito y Entre Ríos, con muchos puestos de trabajo, bienestar general y montos de divisivas para exportación”, como en su momento lo anunciaba a viva voz el propio titular de la firma.
Con una inversión superior a los $45 millones, la firma arrancó en 2011 con la promesa de contratar a 120 empleados cuando la planta se encontrase en plena producción. De ese total, 50 % sería personal femenino. La incorporación de los trabajadores, se dijo entonces, sería acorde a la demanda de los mercados, principalmente internacionales, anunció el jueves 31 de marzo de 2011 el portal de noticias del Gobierno de Entre Ríos.
“La firma de capitales españoles y chilenos será modelo en toda Latinoamérica y brindará trabajo a 120 entrerrianos. De cada 100 dólares que se importe, la planta exportará 1.000, con lo cual la balanza comercial beneficiará a la Nación”, aseguró el titular de la firma, José Luis Urcelay Vicuña, según enseñaba la información oficial.
La planta se levantó sobre la ruta nacional Nº 12, con 8.000 metros cuadrados y fue inaugurada el miércoles 30 de marzo de 2011 por Urribarri, quien en ese acto dijo que “es un día soñado porque ratifica un proceso que iniciamos en diciembre de 2007 entre todos los entrerrianos y ahora también con vascos amigos que llegaron de aquel país y nos ayudan a hacer una provincia distinta, más vital y más dinámica”.
Pero las expectativas se esfumaron.
“La empleadora pretende encuadrar jurídicamente la cuestión para despedirlos con una indemnización disminuida, haciendo referencia a una suerte de crisis económica. Nosotros entendemos que en este caso no se han cumplido con una serie de riquísimos y pensamos que el mejor lugar para dialogar era el Ministerio de Trabajo. De igual manera, los colegas que asesoran a la parte contraria, no cuentan con los recursos ni las directivas económicas como para solucionar el conflicto y nos coloca en una posición compleja como para seguir reclamando sus derechos como corresponde. Solamente presentaron un escrito sosteniendo su postura y creo que ese es perjudicar aún más a la familia cerritense”, dijo el abogado de los empleados.
Steven explicó además que la próxima audiencia se llevará a cabo en el mes de febrero y que esta vez no se logró consignar el 50% de la indemnización que proponen los trabajadores de acuerdo a su postura.
Luego, sobre la relación distante que siempre ha mantenido con José Luis Urcelay Vicuña, titular de la firma, aclaró: “La actitud de él siempre ha sido muy dura; ha negado hasta su propia firma en un contrato de trabajo. Evidentemente no tiene inconvenientes de quedar mal con nadie, no solo con los trabajadores sino con todas las personas de la región y que desde lo público, le brindaron su apoyo para la radicación de su empresa en el ejido de Cerrito”, afirmó el letrado.
De igual modo, Steven aseguró que “el clima laboral en la empresa es muy complicado y para nada agradable”. Incluso, alertó: Algunos han renunciado o se han alejado. La fábrica está fracasando, las expectativas nunca fueron logradas, lo anunciado nunca fue cumplido y es una pena porque todos queremos lo mejor para Cerrito y su zona”.
“La empresa compró insumos de origen italiano de mala calidad, fallaba la cartuchería, fue enviado a distintos costos, fallaron, tuvo el reclamo de los clientes, no fueron reconocidos comercialmente y los comerciantes se fueron retirando. La realidad es que la empresa Fiocchi- su principal competidora- obviamente está ganando toda su clientela. Esto se trata de un mal desempeño y un mal gerenciamiento del empresario, y no tiene nada que ver con una crisis de económica financiera o de falta o disminución de trabajo”, sostuvo.
De aquellos 120 puestos de trabajo, cinco años después de la inauguración de la planta, nada se sabe.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.