Son una reliquia. Nadie los usa -¿o sí?-: se mantienen como un signo de un tiempo que fue. No hace mucho. Pero fue. La irrupción de los celulares los dejaron muy en segundo plano. ¿Quién tiene una moneda, un cospel para hacer una llamada desde un teléfono público? ¿Quién apela al cobro revertido para llamar gratis? ¿A quién se llama desde un teléfono público? Sin embargo ahí están, mudos testigos de lo que ya no será.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora