El evangelista san Lucas relata la pasión del hijo de Dios, y escenifica el pasaje que ocurrió ante el Sanedrín, adonde fue llevado Jesús: ya se había iniciado el proceso en su contra. En medio de todo eso, sufre la traición menos pensada. Pedro, uno de sus discípulos, en procura de salvar su pellejo, lo niega, y lo niega tres veces. Yo no conozco a ese hombre, se defiende, cuando lo señalan como su discípulo. Pedro lo niega, y lo niega ante el hijo de Dios, relata Lucas. Entonces, el hijo de Dios pronuncia aquella frase: “Antes que cante hoy el gallo, me habrás negado tres veces”.
Eso cuenta san Lucas, el evangelista.
En la Parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González, más acá en los tiempos, ocurrieron tres hechos que fueron negados. No cantó el gallo; ni los hechos ocurrieron en el Sanedrín. Fue en la alcoba del cura Juan Diego Escobar Gaviria: allí se presume ocurrieron los abusos por los que está acusado en la Justicia; algunos, también en su auto particular. Tres hechos: tres hechos que Escobar Gaviria negó de modo sistemático ante la Justicia. Pero la Justicia dudó de su negación, y avanzó en la investigación, y colectó pruebas y testimonios.
Ahora, hay una cuarta denuncia; una cuarta víctima de los abusos de Escobar Gaviria, ahora apartado del servicio sacerdotal, con la prohibición de oficiar misas en público, impedido de pisar Lucas González, el pueblo ubicado en el departamento Nogoyá al que llegó en 2005 y adonde estuvo hasta el 27 de octubre, cuando fue denunciado en la Justicia de Nogoyá.
OTRO CASO.
Ya no se trata de un relato bíblico. Se trata de un sospechoso comportamiento delictual de un hombre de Dios, un cura destinado a salvar almas que, se presume, desfloró nenes en la mismísima casa parroquial.
El cura Juan Diego Escobar Gaviria tiene cada vez más complicada su situación en la Justicia: ahora, acaba de aparecer una tercera víctima de los abusos que se le achacan al sacerdote, que fuera párroco de San Lucas Evangelista.
La Justicia de Nogoyá, que actúa en el caso desde el vamos, avanza con las tres denuncias en contra de Escobar Gaviria: los expedientes abiertos están caratulados “Señor Defensor Oficial s/Presentación”, que tiene que ver con la primera víctima, un nene de 11 años; a ese se agregaron otros dos: “Juan Diego Escobar Gaviria s/Abuso Sexual” y “Juan Diego Escobar Gaviria s/Promoción a la corrupción agravada de menores”.
Pero cuando los fiscales Rodrigo Molina y Federico Uriburu estaban dando los pasos finales para presentar el pedido de elevación a juicio, apareció una cuarta víctima de los abusos del cura.
Escobar Gaviria repetía el mismo modus operandi: invitaba a dormir a la casa parroquial a los monaguillos, o los llevaba de viaje en su auto a las distintas ciudades adonde iba a presidir misas de sanación.
El cura es cura sanador, seguidor de la corriente de Ignacio Peries, que desde la Parroquia Natividad del Señor, de Rosario, ha conseguido grande fama. Ambos, pertenecen a la Cruzada del Espíritu Santo. Todos los religiosos de esa orden están incardinados en la diócesis de Paraná, aunque de todos sólo Escobar Gaviria prestaba servicios aquí. Llegó en 2005 a Lucas González, y allí quedó, hasta que el 27 de octubre fue apartado y suspendido por el arzobispo Juan Alberto Puiggari.
Desde entonces tiene prohibido pisar Lucas González y menos aún acercarse a los denunciantes, ni a sus familias.
En los primeros días de enero, los fiscales Molina y Uriburu tienen previsto realizar la cámara Gesell al nene de 12 años que fue monaguillo en San Lucas Evangelista, y que en los últimos días, según sus padres, se quebró, y contó de los abusos.
Es la cuarta víctima.
PROHIBICIÓN.
Mientras, el cura, que primero se afincó en Oro Verde y ahora está recluido en la casa de la Cruzada del Espíritu Santo, en Comandante Espora al 500, en Paraná tiene prohibido acercarse a Lucas González; menos aún a los denunciantes o a sus familias, según dispuso la Justicia.
Así lo resolvió el 20 de este mes el titular del Juzgado de Garantías de Nogoyá, Gustavo Acosta, a pedido de los fiscales Molina y Uriburu. Además, el magistrado le impuso la obligación de notificar, tres veces a la semana –lunes, miércoles y viernes–, su paradero en la comisaría más próxima.
Esas disposiciones fueron reprochadas por los abogados defensores de Escobar Gaviria, Juan Pablo Temón y Milton Urrutia, que fueron con un recurso de apelación ante el Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú.
Pero el tribunal de alzada confirmó lo resuelto en Nogoyá.
El jueves, el juez Arturo Exequiel Dumón, del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Gualeguaychú, confirmó que el cura tiene prohibido pisar Lucas González. Y sólo accedió a bajar la cantidad de días que debe concurrir a la comisaría más cercana para dar cuenta de su paradero.
Los defensores Urrutia y Temón entendieron que la prohibición para visitar Lucas González resultaba una medida de “coerción” sobre el cura, y pidieron que se dejara sin efecto. A esa petición se opuso el fiscal Lisandro Beheran, tesitura que acompañó el juez Dumón.
Ricardo Leguizamón
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.