La calle se abrió en los fondos del camping Toma Vieja, y permitió la conexión de los vecinos del barrio privado Puerto Barrancas, ubicado al final de calle Gobernador López Jordán con el camino asfaltado, Avenida Blas Parera.
Los vehículos iban y venían a través del verde de la Toma Vieja, de las callecitas internas, del sector de los asadores, y ganaban Blas Parera. Así fue hasta que la exintendenta Blanca Osuna decidió clausurar el paso, y levantó una barrera que impidió el tránsito.
La actual administración del intendente Sergio Varisco decidió abrir nuevamente el paso, aunque la medida duró poco. La apertura conspiraba contra la pretensión de aplicar el cobro de ingreso al camping Toma Viejo. Entonces, la calle se clausuró y se instaló una tranquera.
Pero no fue suficiente. Los automovilistas se las ingeniaron para seguir ingresando: cortaron alambres del cerco, y no sólo accedían al predio sino que, además, se llevaban consigo lo que podían. “Se han robado casi todo”, dice un empleado del camping.
Ahora, no sólo está la tranquera, sino que a la tranquera le han agregado enormes piezas de metal que soportan y forman una especie de barrera infranqueable, eso se supone, a lo que se suman pequeños montículos de tierra. Todo eso, para evitar la “invasión” por ese sector del camping.
En el sector del camping más cercano al complejo de piletas, sólo quedan pocas mesas, y los restos de lo que alguna vez hubo.
El lugar, además, lejos está de haberse convertido en el parque recreativo terminal que anunció la exintendenta Osuna en diciembre de 2015. La obra de reconversión de piletas y sector de esparcimiento quedó a mitad de camino, y buena parte del patrimonio arquitectónico de la primera planta de agua de la ciudad está en un serio proceso de deterioro.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.