La obra está terminada hace semanas, pero no se habilita. Y no se habilita porque no se concluyen las tareas finales de puesta a punto.
La bicisenda construida al medio del bulevard Maciá está en veremos, lista pero sin utilizar.
Y el paso del tiempo está haciendo estragos: las pequeñas lajas que forman la senda están desprendiéndose, y la maleza gana espacio y cobra altura.
En agosto último, el gobierno de la ciudad anunció que en el marco de la obra de recuperación y transformación de calle Salvador Maciá en la zona del exhipódromo Almafuerte, el gobierno municipal había procedido a la colacación de delineadores viales en el cantero central. La medida se tomó para delimitar el perímetro de la senda peatonal y bicisenda, y apuntó a reforzar la seguridad vial.
La colocación de estas columnas demarcatorias constituye una advertencia a los automovilistas, y cumplen la función de brindar mayor seguridad a los caminantes o futuros ciclistas que circulen por la bici-senda, trazada sobre el nuevo cantero de 3,20 metros construido en calle Salvador Maciá, entre División Los Andes y General Gervasio Artigas.
Los trabajos de colocación de estos delineadores –que poseen cintas reflectivas para cumplir la misma función en horas sin luz solar– entonces pasaron a formar parte de la bicisenda que, extrañamente, nunca se habilitó c omo tal.
La bicisenda se extiende en un tramo de 600.
Pero son 600 metros de una obra que nadie utiliza.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.