Aunque oficialmente el proceso de nacionalización de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader) -la idea es que salga de la órbita de la provincia y conforme una nueva entidad, la Universidad Nacional Juan Laurentino Ortiz- encontró un cierre con la votación unánime de apoyo del consejo superior, el jueves 27, ahora surgen voces disidentes que ponen en dudas ese proceso y alertan por la falta de información entre el cuerpo docente.
La seccional Paraná de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) convocó a una asamblea para este miércoles 2 de noviembre, a las 18, para analizar las implicancias que tendría una eventual nacionalización de la Facultad de Humanidades, cuya sede está en la Escuela Normal José María Torres y que absorbe a más del 40% de la matrícula de toda la Universidad. En esa unidad académica ya votó el consejo directivo, el jueves 20, y también esa vez hubo un apoyo unánime a la trasferencia de Humanidades a la Nación.
«Como profesionales y trabajadores de la educación, nos encontramos en un estado de alerta y preocupación. Nos enteramos por noticias y publicaciones en internet sobre el proyecto de ley que pretende nacionalizar la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales de la cual dependemos como institución, bajo la Secretaría de Escuelas de la Uader», dice una carta pública que circula entre la comunidad universitaria, y que apoyan docentes de nivel inicial, primario y secundario de la Escuela Normal José María Torres.
“Esta propuesta nunca nos fue consultada en ninguno de los niveles (primario, secundario e inicial) y solo se nos comunicó en una reunión oficial, luego de la difusión mediática, con muy escasa información y convocada apenas con horas de anticipación, a la que obviamente no pudieron concurrir todos dado que trabajamos en otras instituciones escolares”, señalan los docentes que se desempeñan en la Escuela Normal José María Torres, que depende de la Universidad. “El modo de manejo de esta información tan sensible, habla de una profunda falta de respeto y desinterés por nuestra comunidad educativa y por nuestra labor y pertenencia a la Uader”, se quejan.
Y después suman: “A la alegría que expresan desde la Facultad sobre esta noticia, nosotros comunicamos nuestra angustia por la falta de información clara y certera sobre nuestro futuro en cuanto a régimen previsional, obra social y estabilidad laboral. Durante años hemos venido aportando económicamente a la Caja de Jubilaciones Provinciales, creyendo que nuestra jubilación estaba asegurada, y ahora todo es incierto, lo mismo que ocurre con la obra social Iosper”.
La historia de transferencias de ida y vuelta genera zozobra. “Como docentes que ya vivimos el traspaso de Nación a Provincia en los ’90 y además luego fuimos incorporados la Uader, no vemos con buen augurio esta nueva propuesta, algunos sabemos perfectamente sobre la pérdida de derechos adquiridos, las promesas inclumplidas como el inexistente aumento salarial de ser una `Escuela Pre-Universitaria`, la reducción de los espacios de la institución y sobre todo la merma en el presupuesto que significaron estas modificaciones pensadas por quienes no están en las aulas día a día sosteniendo la educación de miles de estudiantes y no conocen la práctica ni el quehacer diario de un centro de enseñanza”, indican.
“Somos parte de una escuela que no tiene representatividad ni ciudadanía escolar, no somos reconocidos en ningún órgano estatutario de la Facultad de Humanidades, Artes y Ciencias Sociales, ni tampoco de Uader –subrayan en la carta pública-. No tenemos voz ni voto y todas las decisiones se toman sin nuestra mirada, aportes ni consentimiento. Esta tensión se vive desde el primer día en que se creó la Uader y la relación interinstitucional jamás ha sido de un modo articulado”.
Después, afirman que la Escuela Normal “no es un `agujero negro` ni representamos un `gasto extra`. Muchos de nosotros hemos pasado 6 meses o más sin cobrar nuestro salario al ingresar a la Uader, situación que persiste y se vuelve insostenible en el contexto económico actual. Entendemos que haya una población universitaria a la que le beneficie este traslado a la Nación por diferentes razones, pero exponemos que los intereses y el modo de funcionamiento de una escuela es otro”.
Los docentes de la Escuela Normal José María Torres advierten que la nacionalización es un proceso irreversible, y en ese marco plantean la necesidad de poder “elegir” en qué ámbito de la educación poder seguir desempeñándose. “¿Quiere la provincia de Entre Ríos deshacerse de la escuela Normal? ¿No es posible volver a pertenecer al Consejo General de Educación? Formábamos parte del CGE antes de 2001”, plantean en la carta.
Y agregan: “Algunos queremos volver a compartir los días de trabajo y calendario con las miles de escuelas entrerrianas, con otro modo de funcionamiento más ordenado y con mayor lógica, volver a tener para nuestra escuela los espacios ahora ocupados como oficinas, con mejores condiciones laborales acordes a la cantidad de docentes, no docentes, preceptores y personal administrativo que transita todos los días los pasillos de la Normal. Necesitamos recuperar la relación con la comunidad educativa, retomar el funcionamiento anterior de la cooperadora Víctor Mercante, para que los fondos se distribuyan en cuestiones inherentes a las necesidades de las escuelas, y no a la Facultad de Humanidades, como lo es actualmente”.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora