Por Virginia Dallacaminá (*)
Hoy volví a esperar el colectivo durante 50 minutos. Me resigné a tomar cualquier línea que pasara, con tal de llegar al centro para poder dejar a la nena en el jardín y seguir a mi trabajo.
Entro a las 15, ella también y el colectivo es el único transporte que podemos pagar para hacer toda esa movida (“podemos pagar” es más una apuesta al futuro que una realidad, pero bueno).El tema es que llegar a horario es imposible porque la demora es exagerada, además de inhóspita: tampoco tenemos garita en la parada de calle Caputto por ende cuando llueve, hay que esperar “que pare” para cruzar la calle y esperar el colectivo. Horrible. Y en ese escenario, me vuela la cabeza.
Pero hoy la frustración me sobrepasó la garganta y logré encarar al chofer cuando a las “14.52” apareció frente a los que lo estábamos esperando. Le pregunté a qué hora correspondía ese colectivo y me contestó que a las “14.04” y desde ahí nos enredemos en un contrapunto de números y planillas que se terminó con el remate “y bueno, llame a la empresa señora” o sino “espere el de las 13.34”. Y chau, fin del problema para él total mi tiempo ya estaba perdido como estará perdido mañana o pasado cuando me vuelva a pasar lo mismo o cuando pruebe salir una hora y media antes de casa para hacer un viaje de 25 minutos previo a una espera incierta. Ya sé que “toda” la responsabilidad no es del chofer, no me olvido de eso, es más la gran responsabilidad es del Gobierno municipal que no resuelve el problema y en contrapartida te aumenta la tarifa de un sablazo, porque a pesar de que nos hagan querer pensar que el transporte es un apostolado empresarial, el servicio es un negocio, alguien gana plata con él (no sé si a esta altura es necesario aclarar que no me refiero a los empleados porque ellos ganan un salario). ¿Cambió en algo en el último tiempo? Sí, se renovaron colectivos (allá lejos quedó la línea E o la U que me llevaban a Colonia Avellaneda… mamita, esos sí eran cadáveres), se pusieron los GPS, capaz algunas líneas andan mejor y ampliaron los recorridos… pero yo considero que nada de eso vale si cualquiera de nosotros tiene que esperar el cole más de 20 minutos. Sé también que como periodista bien podría tomar esta “experiencia” y entrevistar a algún funcionario para por lo menos comprometerlo a dar una respuesta pública. Ya lo hice antes y teniendo en cuenta eso me anticipo a decir que el título de esa nota sería: “La Municipalidad admite que la frecuencia sigue siendo un problema a resolver en el transporte urbano”. Y ahí me quedo otra vez, porque “es un tema complejo” en el cual intervienen “muchos actores” y que “no se resuelve de un día para el otro”. ¿Es esa una respuesta? No, es un pretexto que me acostumbré a oír como otros tantos, mientras sigo esperando el colectivo e intento armar una idea que seguro después escribiré en el facebook.

(*) Periodista. El texto lo escribió en su muro de Facebook.