Dolores Etchevehere, hija de Luis Félix Etchevehere y Leonor Barbero, hermana de Luis Miguel Etchevehere, exministro de Agroindustria de Mauricio Macri, Arturo Sebastián y Juan Diego, dio un golpe de efecto: creó la Fundación Artigas, que buscará combatir el agronegocio en Entre Ríos y desalambrar campos arrebatados a los campesinos, y además se lio con el dirigente social Juan Grabois, quien ahora la representa legalmente en su pelea por conseguir parte de la herencia de la que ha sido sistemáticamente excluida.
Hoy recuperamos de manera absolutamente legal y pacífica un extenso campo de la familia Etchevehere para el @ProyectoArtigas junto a Dolores Etchevehere que ha cedido el 40% para reparar el daño que causó su familia.
— Juan Grabois (@JuanGrabois) October 15, 2020
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Esa exclusión, cuenta Dolores Etchevehere, fue llevada adelante por su familia con armas no siempre legales. «Cuando su padre murió en 2009 sus hermanos Luis Miguel, Sebastián y Juan Diego Etchevehere no solamente mantuvieron a Dolores excluida de los negocios sino que le impidieron el acceso a sus derechos hereditarios. No recibió un centavo, nunca estuvo bancarizada, ni aún posee bienes a su nombre de ninguna clase. En Paraná, su padre había asignado una casa para cada uno de sus hijos incluida Dolores. Sin embargo, sus hermanos la expulsaron de la casa que le correspondía y las reformaron a su antojo», describe en la página web de Fundación Artigas, que este jueves fue presentada en sociedad con posteos en redes sociales destinado a tener alto impacto.
En alianza con Grabois y como parte de la presentación de la Fundación Artigas, Dolores Etchevehere decidió ceder el 40% de las tierras que posee en Entre Ríos a grupos de campesinos que responden a la organización que lidera Grabois, el Movimiento de Trabajadores Excluidos. «He decidido ceder el 40% de mi herencia para construir un proyecto agroecológico sobre las tierras que me corresponden. Un cuarto de la sucesión de los Etchevehere. Esa porción es para reparar el daño que se hizo. El proyecto comienza hoy, 15 de octubre. Hoy plantamos la primera semilla en la tierra que soy propietaria por derecho natural, derecho que me permite utilizarlas desde ahora mismo», anunció la única hija mujer de Luis Félix Etchevehere.
La primera acción fue la cesión del 40% del campo ubicado en el paraje El Quebracho, en Santa Elena, departamento La Paz, donde el grupo de Grabois y la Fundación Artigas fundaron Casa Nueva. Se trata de uno de los cinco campos de la familia Etchevehere: está ubicado en la entrada de Santa Elena, una ciudad-fábrica que creció alrededor del Frigorífico Santa Elena. Luego de varias privatizaciones fallidas, en la década del 80 el frigorífico pasó a manos estatales y cerró definitivamente sus puertas en 1993. El Estado despidió a los trabajadores entregándoles tierras como parte de la indemnización, pero sin título de propiedad. En 2004, el gobernador Jorge Busti decidió liquidar los bienes del frigorífico, incluidas las tierras donde producían los ex trabajadores del frigorífico.
«En 2007, los Hermanos Etchevehere obtuvieron 370 hectáreas de estas tierras a partir de sus contactos políticos y judiciales. Pagaron solo el 10% de su valor. Hasta entonces, esas tierras eran utilizadas por la Escuela Agrotécnica Nº 151 en la Estancia El Quebracho, lindera a Casa Nueva. Pero, uno de los lotes estaba arrendado hasta el 2010», cuentan desde la web de Proyecto Artigas.
Entonces, Juan Diego Etchevehere a la cabeza de un grupo armado, ingresaron al lugar a punta de escopeta, destruyeron los cultivos de los arrendatarios y corrieron el alambrado. Este acto fue calificado como usurpación.
En junio de este año se conoció un fallo judicial que condenó a los hermanos Luis Miguel y Juan Diego Etchevehere a indemnizar al arrendatario de un campo ubicado el paraje El Quebracho a quien le habían destrozado los cultivos. La causa se remonta al año 2007, cuando el productor José María Morcillo, que había arrendado un campo a la Escuela Agrotécnica Paraje Quebracho, fue despojado violentamente por tres personas –que respondían a los Etchevehere- quienes, a punta de escopeta, le impidieron ingresar al lugar que recientemente habían adquirido –a través de la firma Las Margaritas- al Estado Provincial. Además, hicieron desaparecer el lino plantado.
Eran tres lotes de la estancia El Quebracho que los Etchevehere compraron sabiendo que existía un contrato de arrendamiento hasta el año 2010.
Se abrieron como consecuencia dos procesos judiciales: uno destinado a que los responsables de la usurpación sean sancionados penalmente y otro a que Morcillo reciba una compensación por las pérdidas recibidas. El primero terminó en una suspensión del juicio a prueba. En el segundo, un fallo de primera instancia dio la razón a Morcillo y ordenó el pago de una indemnización, a valores históricos, de 360 mil pesos, según contó el el sitio Valor Local.
Morcillo reclamó en la Justicia los daños que le ocasionó el “desapoderamiento ilegítimo que habrían perpetrado los accionados invocando su calidad de adquirentes de la superficie de un inmueble rural adquirido a un tercero (Frigorífico Santa Elena), campo éste que se encontraba arrendado por el actor”, es decir: Morcillo.
La víctima, tenía un contrato de arrendamiento que había firmado con el rector de la Escuela Provincial de Nivel Medio Nº 151- Agrotécnica Paraje Quebracho –poseedora de las hectáreas- hasta el año 2010.
En una operación sui generis, los Etchevehere, a través de Las Margaritas SA (firma complicada en las operaciones que investiga la Justicia por el presunto vaciamiento patrimonial) compraron un predio del ex frigorífico que incluía los lotes que arrendaba Morcillo, a fin de anexarlo a un inmueble que ya era propiedad de la familia y que se llamaba “Casa Nueva”.
En el expediente se menciona que en la escritura de compraventa del predio en cuestión entre el Estado provincial y Las Margaritas “se aclaró que la vendedora conjuntamente con el Superior Gobierno de Entre Ríos, se obligaban a realizar el trámite de lanzamiento de los intrusos y/o ocupantes por cualquier título que se encontrasen en los inmuebles, mostrando ello que la compradora tenía conocimiento, aceptaba y autorizaba los procedimientos de lanzamiento que serían efectuados en forma conjunta y mancomunadamente por los contratantes.
Sin embargo “los demandados recurrieron a las vías de hecho para despojar a Morcillo y además, se apropiaron de los insumos que el actor guardaba en el predio, destrozaron la vivienda existente, arrancándole puertas y ventanas y demoliendo parte de la construcción.
Por ello, se solicitó que los Etchevehere indemnicen por vía civil al arrendatario.
Este reclamo fue atendido en un fallo de primera instancia fechado el 28 de febrero de 2019 y confirmado por la Sala III de la Cámara Segunda de Apelaciones en lo Civil y Comercial, integrada por Valentina Ramírez Amable, Virgilio Alejandro Galanti y Andrés Manuel Marfil el pasado 27 de abril, a través de un acuerdo realizado de manera virtual por el aislamiento dispuesto por la pandemia de coronavirus.
La demanda civil se interpuso originariamente contra Juan Diego Etchevehere; Las Margaritas SA y los sucesores de Luis Félix Etchevehere, entre los que se cuentan al ex titular de la cartera de Agroindustria Luis Miguel Etchevehere; su madre Leonor María Magdalena Barbero Marcial y hasta su hermana Dolores, quien demandó en su momento al resto de la familia por sentirse perjudicada por las maniobras realizadas y que en esta causa se encuentra “en rebeldía”, indica la sentencia.
El fallo que condena a los empresarios y exfuncionarios macristas puede ser apelada por los Etchevehere ante el Superior Tribunal de Justicia de Entre Ríos.
A desalambrar
Parte del Quebracho, que pertenece a la familia Etchevehere, fue cedido por Dolores Etchevehere a la organización que preside Grabois.
«Hemos acordado con Dolores Etchevehere la cesión del 40% de la tierra que le corresponde como legítima heredera de su padre para construir un modelo agrario sostenible, libre de agrotóxicos y explotación, distinto al que su familia representa. Nos proponemos construir allí un proyecto productivo que cuide la madre tierra y respete los derechos de las familias campesinas», señalan desde la Fundación.
Y agregan: «La historia de la Estancia Casa Nueva es la historia del modelo de agronegocios que impera en Argentina, que concentra la tierra, destruye la naturaleza, envenena a las comunidades con el uso de agrotóxicos, quema humedales y expulsa a miles de familias campesinas».
La ruta del delito
Dolores Etchevehere junto a la Fundación Artigas denuncian una serie de delitos cometidos por los Etchevehere en su afán de mantener la fortuna familiar. «El grupo económico Etchevehere construyó su fortuna a partir de delitos de distinto tipo, en connivencia con el poder político y el poder judicial. En el siguiente mapa intentaremos esbozar una descripción de las actividades ilegales descubiertas hasta el momento, con su respectiva documentación probatoria», señalan.
«Con el objetivo de excluir a Dolores Etchevehere de los bienes hereditarios, Luis Miguel, Juan Diego, Sebastián y su madre Leonor constituyeron la empresa Construcciones del Paraná Sociedad Anónima y procedieron al vaciamiento económico y patrimonial de Sociedad Anónima Entre Ríos -empresa dueña de El Diario de Paraná, históricamente perteneciente a la familia Etchevehere- a través del traspaso de propiedades», cuenta la web de la Fundación Artigas. «Un actor clave en el vaciamiento fue el empresario Walter Grenón, en ese entonces dueño del 66% de las acciones de Sociedad Anónima Entre Ríos (Ivar y Arturo Roosvelt Etchevehere, hermanos de Luis Félix y tío de los imputados, le habían vendido su porción accionaria)», agrega.
Los Etchevehere -sin Dolores- y el Grupo Grenón se repartieron 18 propiedades de la Sociedad Anónima Entre Ríos, respetando la porción accionaria. Los Etchevehere -sin Dolores- se quedaron con el 33% del total en la empresa fantasma Construcciones del Paraná, y el Grupo Grenón se quedó con el 66% restante en las empresas Nexfin S.A. y Arroyo Ubajay S.A.
Detalla, además, que al ser Construcciones del Paraná S.A. una empresa nueva sin capital, «los Etchevehere simularon un préstamo de un millón de dólares — $4.500.000 al cambio de ese momento— de la Asociación Mutual Unión Solidaria (AMUS) vinculada con el empresario Walter Grenón sin garantías para la devolución». Y para pagarlo, «pusieron en marcha una compleja ingeniería financiera. Parte de esa ingeniería se refleja en la siguiente maniobra: desde otra de las empresas del Grupo Etchevehere, Las Margaritas S.A., le pidieron al Banco Itaú tres préstamos por un total de U$D 500.000 para productores de soja a tasa subsidiada por el Estado. El garante de ese préstamo fue el grupo Los Grobo S.A.. Pero, el destino de ese dinero no tuvo nada que ver con la producción agropecuaria. Los socios retiraron el dinero de Las Margaritas y se comprobó que luego de pasar por Sociedad Anónima Entre Ríos terminó en las arcas de AMUS, la Asociación Mutual de Grenón. Este acto constituye una defraudación al Estado en primer lugar, y a la administración de sus propias empresas, en segundo lugar».
Después, el informe denominado «Caso Etchevehere», relatado por Fundación Artigas, señala que el crédito del Banco Itaú «no fue utilizado para producir soja, sino que fue desviado para solventar financieramente la operación de vaciamiento de El Diario. ¿Cómo hicieron para pagar el crédito del Banco Itaú? Entre otras maniobras, tomando más deuda: un crédito del Banco Nación por un total de $900.000 a tasa subsidiada por el Estado para que pequeños productores cubran los daños ocasionados por inundaciones. Por supuesto, inundaciones que no afectaron los campos de los Etchevehere. Por este préstamo fue imputado el entonces director del Banco Nación, Carlos Melconián».
Y aporta más datos: «Leonor Barbero Etchevehere y Juan Diego Etchevehere son titulares de cuentas en el exterior cuyos fondos no están declarados ante el organismo fiscal nacional. Se trata de cuentas en el Banco BVAA de la República Oriental del Uruguay, Banco Santander Río de la República Oriental del Uruguay y banco HSBC Private Bank International de Estados Unidos».
«Los hermanos Etchevehere, con la intención de despojar a Dolores de sus derechos hereditarios, cometieron actos intimidatorios, tráfico de influencias, abuso de poder, amenazas de todo tipo, violencia psicológica y económica, intentaron obligarla a renunciar a sus derechos firmando un acuerdo vil y a desistir de todas las denuncias en su contra que tramitan en la Justicia. Lo hicieron mientras la asfixiaban económicamente, a ella y a sus hijos, como modo de extorsión. Particularmente Luis Miguel Etchevehere lo hizo abusando del cargo de Ministro de Agroindustria de la Nación, y aprovechándose de los beneficios, ventajas y capacidad de influencia sobre personas, organismos y medios de comunicación que ese lugar privilegiado de poder y dinero le otorgaba», apuntan.
La trama oscura de delitos que denuncia Dolores Etchevehere incluye un dato estremecedor. «El 4 de agosto de 2009, Luis Félix Etchevehere se encontraba internado y entubado en Buenos Aires, luchando por su vida. Sin embargo, según el acta de directorio de Las Margaritas S.A. estaba en Paraná, presente en la reunión donde le delega a Leonor Barbero Marcial la administración de la principal empresa del Grupo Etchevehere, dueña de 5.000 hectáreas de campo. Su esposa e hijos varones falsifican la firma para tomar de facto la administración de los campos. Esa acta fue utilizada posteriormente para realizar todas las maniobras financieras fraudulentas ya descritas», detalla el informe
«El 6 de septiembre de ese mismo año falleció Luis Félix Etchevehere. Una vez más, la esposa e hijos varones utilizaron el recurso de la falsificación de firma -esta vez la firma de Dolores Etchevehere- para tomar de facto la administración de los bienes heredados y dejarla en manos de Leonor Barbero Marcial», describe.
En el año 2010, Dolores Etchevehere solicitó su parte de la herencia para afrontar una difícil situación económica que ella atravesaba debido a un complejo estado de salud provocado por la presencia de un tumor que desencadenó dos operaciones, y, finalmente, en la extirpación del órgano afectado. «Leonor Barbero, su madre, le puso como condición que le cediera las acciones que le correspondían de Sociedad Anónima Entre Ríos a precio vil y las cuotas en Etchevehere Rural S.R.L. Por incumplimiento de la propia Leonor, este acuerdo quedó rescindido en el 2016, fecha en la que Dolores re asume su carácter de socia en ambas Sociedades».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora
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