La Unidad Fiscal de Violencia de Género y Abuso Sexual del Poder Judicial cedió su intervención en la causa por abuso contra el cura José Francisco Decuyper, denunciado por su sobrino, Sergio Decuyper, y ahora el caso derivó para su intervención a la Unidad Fiscal de Diamante. El traslado de la investigación tiene que ver con el hecho de que los sucesos denunciados ocurrieron en Puiggari, departamento Diamante.
De ese modo, los fiscales Fernanda Ruffatti y Leandro Dato, que el sábado 19 de septiembre escucharon, vía Skype, desde desde Vitoria-Gasteiz, País Vasco, a Sergio Decuyper contar de qué modo fue abusado por su tío sacerdote en la casa de campo de sus abuelos paternos en Puiggari, departamento Diamante, pasaron ahora el expediente a su colega Gilberto Robledo, de la Unidad Fiscal de Diamante.
El fiscal Robledo tiene experiencia en causas de corrupción de menores. En 2018, junto a Laureano Dato, sentó en el banquillo de los acusados a un docente diamantino hasta entonces de reputación blindada: Juan Alberto Forcher, exjefe del grupo scout San Cipriano.
La investigación se había originad tras una presentación que hicieron en junio de 2015 dos jóvenes, exintegrantes del grupo scout San Cipriano, que revelaron en la Justicia una serie de hechos de abuso sexual que el Ministerio Público Fiscal consideró como promoción a la corrupción. Tras aquella primera presentación en Tribunales, los fiscales Robledo y Dato ordenaron un allanamiento a la vivienda particular de Forcher, en Diamante, de donde secuestraron material filmado por el exjefe scout –estuvo entre 2005 y 2013 en la parroquia San Cipriano-, y que mostraba a los chicos y adolescentes desnudos en compañía del dirigente en los distintos campamentos que organizaba.
El miércoles 18 de octubre de 2017 la causa fue elevada a juicio oral por el juez de Garantías de Diamante, Julián Vergara. En tanto, el 11 de noviembre de 2017, juez Rafael Martín Cotorruelo, vocal del Tribunal de Juicios y Apelaciones de Paraná, rechazó el planteo del defensor Nelson Schlotahuer, y confirmó la resolución que ya había adoptado el juez Vergara: elevó la causa a juicio oral.
Cuando el caso llegó a la Justicia, comenzaron a develarse una serie de situaciones hasta entonces desconocidas para la mayoría de las familias que dejaban a sus hijos al cuidado de Forcher. Entonces, según describieron los fiscales, se empezó a correr el velo del horror: Forcher, profesor en el Colegio Santa María, jefe del Grupo Scout N° 287 San Cipriano, fue siempre un líder carismático, querido por todos. Pero lo que nadie sabía es lo que ocurría en los campamentos que organizaba con niños y adolescentes: no siempre salían a las afueras de Diamante; también los campamentos tenían lugar en pleno centro, sobre calle Belgrano, detrás de la parroquia San Cipriano, o en la casa del jefe del grupo Scout, en Urquiza al 500.
En esas reuniones campamentiles, Forcher organizaba juegos, según el detalle que elaboró el Ministerio Público Fiscal, y que sirvió de base para la acusación. Uno de esos juegos se llamaba “cortar riendas”, liberar la cabeza del pene del prepucio; otra, ocuparse de la depilación de la zona pélvica, alrededor del pene; en ocasiones, someter a cada uno de los adolescentes a una rutina precisa: medir la extensión del miembro viril. Todos esos “juegos”, claro, eran con una condición sine qua non: todos los scouts debían estar completamente desnudos.A lo sumo, con ropas mínimas. Eso era así cuando jugaban al juego de la “toldería de los indios”, y Forcher los hacía desnudar y sólo vestir con taparrabos.
Un tribunal, conformado por los jueces Alejandro Cánepa, Gervasio Labriola y María Carolina Castagno, lo encontró culpable del delito de promoción a la corrupción y lo condenó a 14 años de prisión.
Ahora, el fiscal Robledo tendrá en manos otra causa de corrupción de menores. Esta vez, que involucra a un miembro del clero.
La Iglesia de Entre Ríos ya tiene tres curas condenados por abuso y corrupción menores: Juan Diego Escobar Gaviria, en 2017; Justo José Ilarraz, en 2018; y Marcelino Ricardo Moya, en 2019.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora