Tres párrafos tiene la respuesta que dio el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, al pedido de colaboración que le formuló el fiscal Federico Uriburur, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, que tramita una investigación penal contra el cura Hubeimar Alberto Rua Alzate a partir de una denuncia presentada, el 10 de este mes, por S, un joven ahora de 18 años que contó de qué modo fue abusado por el sacerdote cuando tenía 14 y era monaguillo en la parroquia San Lucas Evangelista, de Lucas González.

La petición de la Justicia está fechada el día 12. La respuesta de Puiggari, el 17. Se limita a informar que el cura, que designado en 2012 por Puiggari en Lucas González y que pertenece a la Asociación Clerical Cruzada del Espíritu Santo, se domicilia actualmente en «Carrera 57 #2b 61 (Interior 201), ciudad de Medellín, provincia de Antioquia, Colombia».

Nada más. No dice si Rua Alzate sigue incardinado en la diócesis de Paraná, si la curia tiene algún tipo de relación con los sacerdotes de la Cruzada del Espíritu Santo, durante qué tiempo se desempeñó en Entre Ríos, si ha estado en contacto, si lo puso al corriente de la investigación penal que se abrió en la Justicia provincial, ni tampoco se muestra colaborativo, como lo dijo en el comunicado que hizo público no bien este nuevo escándalo de pedofilia ganó las portadas de los medios.

Como informó Entre Ríos Ahora, e cura Hubeimar Alberto Rúa llegó a Lucas González -a 133 kilómetros de Paraná, en el departamento Nogoyá- en 2012, designado por el arzobispo de Paraná, Juan Alberto Puiggari, que lo nombró vicario, al mando del párroco Juan Diego Escobar Gaviria, nombrado allí en 2005 por el exarzobispo Mario Maulión.

Escobar Gaviria estuvo hasta octubre de 2016, cuando fue denunciado por abusos y corrupción de menores. Fue apartado del servicio por la Iglesia, y el 6 de septiembre de 2017 la Justicia de Gualeguay lo condenó a 25 años de cárcel. Desde el 21 de abril de 2017 cumple prisión preventiva en la Unidad Penal de Victoria hasta que el fallo adquiera firmeza.

El vicario Hubeimar hacía lo mismo que su párroco Escobar Gaviria: abusaba de los monaguillos. Sólo que ahora la víctima de esos abusos pudo denunciar la barbarie a la que lo sometieron en la casa de Dios. Primero, sumó una nueva denuncia a Escobar Gaviria, que irá a juicio por esos hechos en noviembre próximo.

Y el lunes 10 se presentó en los Tribunales y denunció a Hubeimar.

“Soy denunciante en otra causa en la que ventilé que fui víctima de abusos por parte del padre Juan Diego Escobar Gaviria, que a eso me demoré en contarlo, tuve cierto temor y vergüenza en dar a conocer que era víctima de abuso sexual, y en agosto del año pasado tomé fuerza para hacerlo y lo hice. Pero ahora me interesa contar algo más de lo que fui víctima. No recuerdo con mayor exactitud, pero me pasó que cuando yo tenía más o menos 13 o 14 años, Juan Diego ya me había empezado a abusar y había otro cura que estaba ahí en la misma parroquia de Juan Diego, que se llamaba Hubeimar, que también me hizo cosas parecidas. Me empezó a pasar primero un toqueteo por encima de la ropa, cuando tenía que llevarle agua o algo a la pieza en la que él estaba, que era en la misma casa adonde estábamos conviviendo con Juan Diego y los demás chicos. Hasta que un día, viajando a la Capilla de la Aldea San Simón, estábamos los dos solos, Hubeimar y yo. Me tocó ir solo porque no había más monaguillos: me abrió el cierre del pantalón, me dijo que me baje la ropa y me empezó a pajear”, contó la víctima en Tribunales.

No bien se supo de la denuncia, la Iglesia emitió un comunicado en el que se puso a disposición de la Justicia. “Reiteramos nuestro rechazo a cualquier hecho o conducta que implique algún tipo de abuso sobre las personas, especialmente los menores de edad. En ese sentido, este Arzobispado viene llevando a cabo acciones concretas en sus ámbitos de competencia con el objeto proteger a los niños, y lo seguiremos haciendo. Queremos también ofrecer todo el acompañamiento que esté en nuestras manos para quienes hayan sufrido situaciones tan dolorosas”, planteó la curia.

Pero ocurrió un hecho insólito. Puiggari no se puso en contacto con la víctima, pero le hizo una petición al fiscal Uriburu: «Si ve oportuno, le puede manifestar al denunciante el deseo de contactarnos con él, con la mayor discreción, para comenzar el proceso canónico».

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.