El último fin de semana de febrero, el Vaticano fue sede de una cumbre de los máximos jerarcas de la Iglesia que analizaron la situación de los abusos por parte de miembros del clero en distintas partes del mundo. Al cabo de ese encuentro, las organizaciones que reúnen a sobrevivientes y víctimas de abuso sexual eclesiástico juzgaron de modo pesimista los resultados y reclamaron acciones concretas a la Santa Sede para castigar a los curas pederastas.

La Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico de Argentina estuvo entre las ONG que repudiaron esa convocatoria del papa Francisco. Pero además del repudio, surgió desde esa organización una iniciativa dirigida a quienes han soportado los abusos: la presentación de demandas ante la Justicia Federal contra el Estado Vaticano. Primero, se propuso solicitar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que declare a la Santa Sede como “Estado genocida”. La petición se relaciona con el proceder de la Santa Sede: la “elaboración, aplicación y mantenimiento a través del tiempo de un sistema de protección y encubrimiento de sacerdotes abusadores. Este sistema está destinado no sólo a la privación de la vida del colectivo formado por víctimas y sobrevivientes, sino también mediante ardides que ponen en peligro la salud bio-psico-social de estas personas”, dijeron desde la Red.

Pero además, se aconsejó interponer denuncias contra la Santa Sede ante los tribunales federales de todo el país “por el delito de genocidio contra el grupo humano niños, niñas y adolescentes”. El abogado mendocino Carlos Lombardi, asesor de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, dijo al programa Puro Cuento de Radio Costa Paraná que la organización está en la etapa de elaboración de las demandas civiles contra el Estado Vaticano, iniciativa que, aseveró, “surge como consecuencia del estado de impunidad que reina dentro de ese Estado, el perjuicio contra las víctimas de abuso sexual, y porque el Estado Vaticano, la Santa Sede, mantiene, más allá de las exhortaciones de la ONU, un sistema de encubrimiento de sacerdotes que le causa un daño físico y psicológico a las víctimas”.

En ese marco, explica Lombardi, “dentro de la Red hemos sugerido iniciar estas demandas, recurriendo a los tribunales del Estado, no a los tribunales eclesiásticos, para reclamar el resarcimiento que las víctimas se merecen”.

-¿Cómo serían esas demandas? 

-Si uno pretende demandar a un Estado extranjero, hay que recurrir al fuero federal, por cuanto la Constitución Nacional establece que es competencia de la Corte y de los tribunales federales todo lo que tiene que ver con pleitos con un Estado extranjero. En este caso, estamos hablando de un Estado extranjero, con un jefe de Estado argentino, que además es líder espiritual, por lo tanto correspondería interponer la demanda ante el fuero federal. Estamos en los preparativos de esas demandas, y todavía no definimos si van a ser individuales o colectivas.

-¿Cómo surge la idea de entablar demandas?

-La idea nace como propuesta de la Red. La última cumbre del Vaticano convocó no solo a los miembros del club de la pederastia, sino también a víctimas que fueron a reclamar mayor firmeza y una mayor solidez en cuanto a las medidas de solución al tema de los abusos. El clero les dio la espalda a las víctimas, las ninguneó, y no las atendió. En respuesta a eso, y como una una medida que debíamos tomar, propusimos iniciar las demandas. No pretendemos hacer un pedido al Vaticano. Está probado que cualquier exhortación al Vaticano les entra por un oído y les sale por otro. Por eso se surgió esta propuesta de entablar demandas por daños y perjuicios para este Estado, el Vaticano, que nosotros hemos pedido que se lo declare como Estado genocida. Entendemos que hasta tanto que el Vaticano si digne a cumplir con las exhortaciones de la ONU, debe nombrarlo de ese modo.

-¿Cómo funciona el sistema de encubrimiento de los casos de abuso en la Iglesia?

-El encubrimiento en la Iglesia está estructurado en tres niveles. Primero, el sacerdote abusador; en segundo lugar, la responsabilidad del obispo que encubre. Nosotros tenemos una frase  que indica que a todo sacerdote abusador le corresponde un arzobispo encubridor. Y el tercer nivel está dado por la alta esfera vaticana, que ha perfeccionado dolosamente el sistema de encubrimiento.  Todas las personas involucradas en procedimientos de investigación canónica están bajo juramento de silencio. Las víctimas no tienen ninguna garantía procesal o defensa en juicio. En la justicia canónica, una víctima de abuso sexual solamente tiene derecho a hacer la denuncia. Nada más. No tiene derecho a abogado defensor, a saber quién miente, quién no, a ver el resultado de las pericias. Tiene todo totalmente negado y son  vulneradas las garantías del debido proceso legal. En eso consiste el encubrimiento.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.