Las autoridades de la Asociación de Testigos de Jehová, con sede central en Buenos Aires, evitaron responder una consulta periodística sobre los casos de abusos en los que están acusados tres miembros de la congregación: Matías Vargas y Vito Panza, en Santa Elena, en el departamento La Paz; y José Ariel González, en María Grande, en el departamento Paraná.

No obstante, sí brindaron información sobre su postura ante los abusos de menores y cómo se abordan internamente las denuncias.

Al igual que en la Iglesia Católica, la congregación cuenta con un sistema de investigación y juzgamiento que realizan los Ancianos, las máximas autoridades de los Testigos.

En el juicio interno se establece que si los acusados no se arrepienten de sus delitos, se los expulsa, pero contemplan que continúen en la congregación si demuestran arrepentimiento. En este último caso, ponen un límite: el abusador no puede compartir actividades con menores.

“Cualquier insinuación de que los Testigos de Jehová cubrimos a los abusadores de niños es completamente falsa. Estamos comprometidos a hacer todo lo que podamos para evitar el abuso de menores y proveer consuelo espiritual a cualquiera que haya sufrido este terrible pecado y crimen”, señalaron en un comunicado enviado en respuesta a la consulta de Entre Ríos Ahora.

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La consulta


 

 

En un correo enviado el 27 de este mes, Entre Ríos Ahora solicitó una entrevista con “alguna autoridad o representante legal de la congregación para consultarles sobre la denuncia al Siervo Ministerial José Ariel González, de María Grande, Entre Ríos”. Este último fue denunciado el 11 de abril por una joven de 16 años y su caso está a cargo del fiscal Leandro Dato, de la Unidad de Violencia de Género y Abuso Sexual.

Además, en la consulta periodística se pidió “conocer cómo se abordó una denuncia similar contra otros dos integrantes que son de Santa Elena, (departamento La Paz, Entre Ríos), que son llevados a juicio”. En referencia a Matías Vargas y Vito Luciano Panza, también acusados por delitos de abuso sexual para los cuales la Fiscalía pide 18 y 15 años de cárcel.

Previa comunicación telefónica por parte de un vocero, desde la Asociación se envió a este sitio una respuesta a medias de lo requerido. El correo no fue firmado por ninguna autoridad, sino por el “Escritorio Información Pública de los Testigos de Jehová”.

Cómo actúan los Testigos ante un caso de abuso


 

La Asociación de los Testigos de Jehová respondió la consulta a medias. No contestó qué medidas se tomaron con los miembros denunciados en la provincia, y sólo se adjuntó documentación que explica cómo actúan en casos de abusos.

“En respuesta a su mensaje de correo electrónico con fecha 27 de mayo de 2019, deseamos agradecerle su interés por este asunto tan importante. Atentos a su solicitud, estamos adjuntado una declaración o comunicado oficial de nuestra entidad donde se expresa con claridad nuestra postura contra la aborrecible práctica del abuso de menores”, dice el correo.

A continuación, se adjuntó el enlace a un documento de tres páginas titulado “La postura bíblica de los Testigos de Jehová sobre la protección de menores”.

Allí, entre otras cosas, se encuentra detallado cómo proceden ante un caso de abuso, desde la denuncia al juzgamiento interno.

En el punto 1 del artículo, sostienen: “Los hijos son una encomienda sagrada, ‘una herencia de parte de Jehová” (Salmo 127:3)’”.

Enseguida, en el segundo apartado, afirman: “La protección de los menores es de máximo interés e importancia para todos los Testigos de Jehová. Esto está en consonancia con su postura bíblica de larga tradición y ampliamente conocida, como lo demuestran las referencias citadas al final de este documento, todas publicadas en jw.org.

En el punto 3, manifiestan: “Los testigos de Jehová aborrecen el abuso de menores y lo consideran un delito (Romanos 12:9). Reconocen que es responsabilidad de las autoridades investigar tales delitos (Romanos 13:1-4). Los ancianos no protegen a nadie que sea culpable de abuso de menores de la acción de las autoridades”.

En el apartado 4, dicen: “En todos los casos, las víctimas y sus padres tienen derecho a denunciar una situación de abuso de menores. Por eso, cuando las víctimas, sus padres o cualquier otra persona presentan ante los ancianos una acusación de esta naturaleza, estos les informan claramente sobre el derecho que tienen de formular una denuncia ante las autoridades. Los ancianos no critican a nadie que elija esa opción (Gálatas 6:5)”.

En el punto 5, explican que “cuando los ancianos tienen conocimiento de una acusación de abuso de menores, consultan inmediatamente con la sucursal de los testigos de Jehová para garantizar el cumplimiento de las leyes sobre denuncia de abuso de menores (Romanos 13:1). Incluso si no están obligados por ley a dar parte a las autoridades, la sucursal les pedirá a los ancianos que lo hagan si el menor aún corre peligro o por cualquier otra razón válida. Asimismo, los ancianos se aseguran de informar a los padres de la víctima que existe una acusación de abuso de menores. Si el supuesto agresor es uno de los padres, le informarán al otro”.

En el ítem 6, aseveran que “la protección, seguridad y educación de los hijos es responsabilidad principalmente de los padres” y que por eso, “a los padres que son miembros de la congregación se les exhorta a ejercer ese deber con actitud vigilante en todo momento y a hacer lo siguiente: Implicarse de manera directa y activa en la vida de sus hijos; informarse e informar a sus hijos sobre el abuso sexual; fomentar y mantener una comunicación constante con sus hijos (Deuteronomio 6:6, 7; Proverbios 22:3)”.

En el punto 8, aseguran que “los ancianos se esfuerzan por tratar a las víctimas de abuso de menores con compasión, comprensión y bondad (Colosenses 3:12). Como consejeros espirituales que son, procuran escucharlas con atención y empatía, y consolarlas (Proverbios 21:13; Isaías 32:1, 2; 1 Tesalonicenses 5:14; Santiago 1:19). Las víctimas y sus familias pueden consultar a un profesional de la salud mental, lo cual es una decisión personal”.

En el 9, afirman que no se realizan careos entre los denunciantes y el denunciado: “Los ancianos nunca piden que una víctima de abuso de menores haga su acusación en presencia del supuesto abusador; sin embargo, las víctimas que ya sean adultas pueden hacerlo si quieren. Además, la víctima puede estar acompañada por una persona de cualquier sexo que sea de su confianza para que le dé apoyo moral cuando presente la acusación ante los ancianos. Si lo prefiere, puede presentar la acusación por escrito”.

En el punto 10, explican que ante una denuncia los Ancianos realizan una investigación y el juzgamiento “en conformidad con las instrucciones bíblicas” y remarcan que si un miembro de la congregación que abuse de un menor no se arrepiente “es expulsado”.

“El abuso de menores es un pecado grave. Si el supuesto abusador es miembro de la congregación, los ancianos llevan a cabo una investigación según las normas establecidas en las Santas Escrituras. Este es un procedimiento estrictamente religioso que llevan a cabo los ancianos en conformidad con las instrucciones bíblicas y está limitado a la cuestión de pertenencia a los testigos de Jehová. Un miembro de la congregación que abuse de menores y no se arrepienta es expulsado de ella y, por consiguiente, ya no es considerado testigo de Jehová (1 Corintios 5:13). La intervención de los ancianos ante una acusación de abuso de menores no reemplaza la actuación de las autoridades (Romanos 13:1-4)”, dice textual el apartado 10.

En el punto 11 se precisa que si el denunciado de abuso asume su culpa y se arrepiente, puede continuar en la congregación pero con “restricciones” de acercamiento a los menores.

“Si se determina –dicen en el punto 11- que una persona culpable de abuso de menores está arrepentida y puede seguir formando parte de la congregación, se le impondrán restricciones a sus actividades en la congregación. Los ancianos le advertirán expresamente de que no puede estar a solas con un menor, cultivar amistad con menores ni hacerles demostraciones de afecto. Además, los ancianos informarán a los padres de hijos menores de la necesidad de vigilar la relación de estos con dicha persona”.

Finalmente, en el ítem 12, establecen: “Quien haya cometido abuso sexual de menores no puede recibir ningún privilegio en la congregación ni ocupar un puesto de responsabilidad en la congregación en décadas, o quizás nunca (1 Timoteo 3:1-7, 10; 5:22; Tito 1:7)”.

Al concluir el correo electrónico se adjuntó un enlace al texto titulado “Los testigos de Jehová enseñan a las familias a protegerse de los pederastas”, en el que se encuentra una recopilación de artículos sobre el tema elaborados por la congregación.

“Esperamos sinceramente que esta información detallada le permita conocer más a cabalidad (sic) la posición de nuestra organización en relación con este tema tan importante. Cualquier insinuación de que los Testigos de Jehová cubrimos a los abusadores de niños es completamente falsa. Estamos comprometidos a hacer todo lo que podamos para evitar el abuso de menores y proveer consuelo espiritual a cualquiera que haya sufrido este terrible pecado y crimen”, finaliza el correo electrónico enviado por voceros de la Asociación.

 

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.