Por Keili González (*)
En la tarde de hoy tomé conocimiento de la historia en la red social Instagram de nada más y nada menos que la directora de Medio Ambiente de la Municipalidad de Nogoyá, Florencia García. Hoy no me interesa analizar su desenvolvimiento en la función pública, que bastante podemos hablar, sino utilizar ese posteo temporario que nos puede servir como disparador para desandar algunas cuestiones que insertan en la sociedad, violencia.
En la imagen se puede dejar ver, entre tantas otras lecturas, cómo la visibilidad de la disidencia sexo-afectiva, la diversidad sexual y el colectivo LGBTTTIQNB+ (entendida como propaganda) obstruía el desenvolvimiento de la vida de “los normales” (entiéndase personas cis géneros), “que intentan vivir”.
Un claro mensaje cargado de brutalidad, de profunda ignorancia y colmado en odio. La funcionaria denota un pánico moral, no hace ningún reparo y no tiene un tipo de registro de nuestras historias y sobre las experiencias vitales por las cuales las travestis, trans, lesbianas, gays, bisexuales, pansexuales, intersexuales, queers, no binaries, entre otras, tenemos que atravesar solo por el hecho de estar existiendo.
¡Cómo no vamos a inundar las redes, los medios y cada espacio, si nos ha costado muerte, sangre y dolor conquistarlos! En buena hora que la sociedad se encuentre un poco cambiada y nos abrace; en buena hora que los medios, a veces, nos den la posibilidad de hablar; en buena hora que podamos comenzar a disputar en política; en buena que haya más familias que nos den amor y no nos echen a la calle desde temprana edad; en buena hora que nuestres abueles, padres, madres, hermanes, sobrines, amigues, comiencen a no sentir vergüenza y se permitan querernos, porque no nos fue fácil ni regalado.

El posteo en Instagram de la funcionaria de la Municipalidad de Nogoyá, Florencia García.
La funcionaria hace una interpretación unificada y poco criteriosa donde manifiesta un hartazgo de ver tantos colores y espacios bañados en mariconaje, torteriles, travestizados, puteriles, entre otras tantas. Parece no molestarle la propaganda comercial, sino la que nos visibiliza a las minorías y una de las más castigas.
Le pregunto ¿cuál será entonces nuestro lugar sino es sentir orgullo de lo que hemos conquistado? ¿Pretende que sigamos habitando la clandestinidad, la noche, la calle, las llamadas “zonas rojas”, las secciones policiales en los medios comunicación, la noticias con títulos estigmatizantes o que seamos les bufonxs y ridiculizables en la televisión, el cine, la publicidad y las propagandas?
Sabrá Florencia García lo que nos costó que quienes nos criaron nos digan “Nosotros te vamos a querer siempre, decidas lo que decidas” y que no todes tuvimos esa posibilidad.
La funcionaria ¿sabrá por qué es importante que por lo menos una vez al año se hable de nosotres? ¿Sabrá que la heterosexualidad como régimen político ha construido todo: las leyes, las instituciones, los simbolismos y no puede dejar de construir heterosexualidad y no puede advertir o no tiene ganas de advertir de hay otras posibilidades de vivir? ¿Sabrá que queremos infancias libres, en donde todes puedan ser lo que quieran ser y no sientan vergüenza por serlo?
¿Saldrá el Área de la Mujer, Género y Diversidad municipal y la clase política a repudiar el posteo? Porque esto está lejos de ser entendido bajo la libertad de expresión, porque el mensaje es odiante e invisibiliza las conquistas de la disidencia sexo-afectiva, la diversidad sexual y el colectivo LGBTTTIQNB+. Y no es cualquier persona, es una funcionaria pública.
Nuestro hartazgo es mayúsculo y no permitiremos que se habiliten estos discursos. La lucha continúa y persiste aún contra un Estado que nos niega la posibilidad de tener vidas vivibles e incluso no reconoce la coexistencia de nuestras cuerpas.

Keili González.
(*) Militante travesti-trans, oriunda de Nogoyá.