El sol es de invierno pero es un día de primavera. Y el sol que corresponde al invierno pero en un día de primavera, ilumina el ancho río que está, calmo, allá abajo. Hay una brisa leve, y ningún alma en este costado de la ciudad. Una especie de balcón amable desde el cual mirar el ancho horizonte. La ciudad, vista así, es de una hermosura que duele. Vale la pena hacer de vez en cuando el ejercicio. Solamente mirar. Lo mucho que hay para mirar.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.