El año del naufragio fue 2018. Quizá antes también, pero aquel año ocurrieron los hechos que derivaron en la debacle. Un poco más de un siglo después de su fundación, El Diario, de Paraná, comenzaba a parece a su caricatura.
Donde siempre funcionó una Redacción ahora había una librería católica, San Pablo, y en sus paredes vidriadas, cartulinas de la campaña del «bebito» lanzada por la dirigente Mariana Rodríguez Vagaría en su cruzada contra la legalización del aborto.
Ahora ya ni eso. Ni una Redacción, ni la campaña del bebito, ni la librería católica. Ahora, en lo que fue la Redacción de El Diario, hay un gran cartel: «Se alquila este local». Eso dice.
El Diario está envuelto en un intrincado proceso judicial, y la familia que siempre lo administró, los Etchevehere, cargan con una denuncia por estafa y un proceso de sucesión que tropieza con denuncias familiares cruzadas.
Los Etchevehere y sus socios circunstanciales despidieron a 80 trabajadores en aquel 2018.
Esos 80 trabajadores no han cobrado la indemnización de ley, y la familia ha visto mancillar su apellido en causas judiciales que bordean el escándalo.
Dolores Etchevehere ha denunciado a los «Etchevehere corruptos» en la Justicia, sus hermanos Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego, y a su madre, Leonor María Magdalena Barbero Marcial. Les achaca manejos de dudosa legalidad, vaciamiento de empresa familiares, ventas ficticias trianguladas con sociedades truchas, y una serie de maniobras mañosas para despojarla de parte de su herencia.
Nada de todo eso se ha resuelto. Las investigaciones judiciales siguen, y el imponente edificio que alguna vez albergó a la Redacción de El Diario, ahora tiene un cartelito que señala su destino: «Se alquila».
La denominada causa Etchevehere ahora está en stand by.
En mayo último, y por segunda vez, la Justicia aplazó la indagatoria de Leonor María Magdalena Barbero Marcial, madre de los hermanos Luis Miguel, Arturo Sebastián y Juan Diego Etchevehere, en la causa penal que enfrentan a raíz de la denuncia por estafa que presentó en 2013 la hija de la mujer y hermana de los tres, Dolores Etchevehere. Barbero Marcial ya estuvo en Tribunales en dos oportunidades: declaró el 12 de marzo y el 20 de abril. Pero pidió una tercera vez para ampliar todo cuanto tenía para decir.
Esa tercera indagatoria se fijó para el 30 de abril, pero no pudo ser. En medio, el juez de la causa, Carlos Hugo Ríos, dio positivo de Covid-19 y su cuadro se agravó y lo llevó a la muerte. El 4 de mayo, el juez subrogante Juan Hipólito Carlin emitió una resolución en la que dispuso que ese trámite se cumpliría el 9 de junio. Pero tampoco pudo darse en esa fecha. El lunes 17 el magistrado firmó un nuevo escrito en el comunica una mala nueva: no habrá indagatoria a Barbero Marcial.
La medida se apoya en dos razones: el vocal José María Chemez, pidió «en préstamo a la Sala I en Transición» el expediente de la causa Etchevehere, en total 13 cuerpos; pero además, «teniendo en cuenta la situación epidemiológica imperante y la curva ascendente de casos de Covid-19, corresponde suspender la audiencia de declaración indagatoria de Leonor Barbero Marcial prevista» para el 9 de junio, «hasta tanto estén dadas las condiciones sanitarias».
Barbero Marcial declaró el 12 de marzo último, y entonces ciñó su relato a la compleja relación con su hija denunciante. Luego, en la indagatoria del 20 de este mes ocupó su tiempo en contar su versión de los hechos en el marco de la denuncia por estafa, y la utilización de un crédito con fines productivos al Banco Itaú que al final se utilizó en provecho propio, y que se repartieron ella y sus tres hijos varones. Para la tercera indagatoria, proyecta abordar la cuestión del vaciamiento de SAER, la firma editora de El Diario, y responder las preguntas del fiscal Álvaro Piérola, y de los querellantes que representan a su hija Dolores, Lisandro Mobilia y Patricio Cozzi.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora