A fines de julio de 2019, la ciudad de Santa Elena, en el departamento La Paz, se vio conmocionada por la denuncia de un joven, quien dijo que fue golpeado en la Comisaría Nº 15 tras un entredicho con un grupo de policías.

El caso tuvo repercusión provincial y nacional, ya que tras la denuncia el fiscal que tomó la causa, Santiago Alfieri, pidió el arresto de ocho uniformados y el allanamiento de la dependencia policial con el apoyo de la Prefectura Naval Argentina. El delito que se les imputó a los policías fue el de privación ilegítima de la libertad y vejaciones en perjuicio de un menor de 16 años.

El episodio denunciado ocurrió el sábado 27 de julio. Más tarde, en una rueda de reconocimiento, el joven denunciante señalaría a dos uniformados como los princioales autores de la golpiza.

A pocas semanas de cumplirse un año de abrirse la causa, se supo que el fiscal –quien ahora se encuentra realizando una suplencia en la Unidad Fiscal de Paraná- concluyó la investigación penal en la que se solicita que sean enviados a juicio cinco de los ocho policías, ya que entendió que existen pruebas suficientes en su contra.

Fuentes tribunalicias indicaron a Entre Ríos Ahora que en la acusación se pide llevar a debate oral y público a Roberto Emanuel Vargas; Neri Ubaldo López; Jonhatan Falcón, Leandro Molina (exsubjefe de la Comisaría) y otro uniformado de apellido Osuna.

Vargas y López también aparecen imputados en la causa por el joven quemado en la Jefatura Departamental de Policía de La Paz.

El caso

La investigación penal se abrió el lunes 29 de julio tras la denuncia formalizada por un joven, quien dijo que el sábado 27, por la noche, fue detenido tras un entredicho con un uniformado de civil y golpeado por varios policías en la dependencia.

Natalia Centurión, la madre del chico, dio a conocer el caso el domingo 28 de julio en una entrevista publicada por el sitio La Sexta, del departamento La Paz. Días después contó la versión de su hijo en el marco de una entrevista en el programa Puro Cuento de Radio Costa Paraná 88.1: “Mi hijo lo había acompañado al tío de su novia a hacer una denuncia. Mi hijo estaba atacado del pecho y escupió. Un policía de adentro del patrullero le dijo ‘guanaco de mierda’ y mi hijo respondió. Después el policía le dijo ‘¿te la aguantás?’. Mi hijo volvió a responder y ahí el mismo policía lo agarra del cuello y le empieza a pegar piñas en la cabeza. Ahí salen otros tres policías del patrullero y lo llevaron adentro (de la Comisaría). Mi nuera se prendió de la cintura para que no lo lleven. A mi hijo lo metieron y lo pusieron boca abajo arriba de una mesa: le agarraron las manos para atrás, y le empezaron a pegar patadas en las costillas. Después lo llevan a un pasillo oscuro y lo cagan a palos”.

Luego de que el caso tomara estado público, el Jefe de Policía de Entre Ríos, Gustavo Maslein, dispuso desvincular a los efectivos hasta tanto se resuelva su situación procesal.

“Luego lo sentaron en el inodoro y un policía le dijo: ‘eso es por atrevido’. Después lo llevaron a la oficina y una policía mujer le dijo que se saque la sangre del ojo. Más tarde, la abuela fue y preguntó por qué lo tuvieron detenido y le dijeron que le faltó respeto a la autoridad. Ahora, ¿por escupir ellos tiene derechos a molerlo a palos?”, añadió la madre del adolescente denunciante.

Al finalizar su relato, la mujer dijo que durante la rueda de reconocimiento su hijo identificó a dos policías como autores de las agresiones y vejámenes.  “Mi hijo reconoció a dos y espero que esos dos paguen por lo que lo hicieron. Sé que ellos lo molieron a golpe en un pasillo oscuro”, cerró en aquella entrevista.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora