El sacerdote entrerriano Leandro Bonnin reaccionó con vehemencia y condenó la decisión de la Justicia de Río Negro, que este martes condenó a un ginecólogo que impidió la práctica de un aborto no punible en una joven que había sido violada.
«Argentina se está yendo al carajo», razonó el sacerdote, que agregó, con tono alarmista: «Hay que detener esto o lo perderemos todo».
Bonnin, que reside en Santa Elena, departamento La Paz, y que viene desarrollando charlas y talleres sobre educación sexual -la próxima será este jueves 23, en Acción Católica de Paraná- desde la perspectiva que está en contra de lo que entiende como «ideología de género», expresó: «Amigos, la cultura de la muerte en Argentina se siente tan fuerte que ha intentado una condena a este médico por negarse a matar un bebé de 5 meses y medio de gestación».
También, posteó en su muro de Facebook: «Decenas de funcionarios y ex funcionarios públicos que se cansaron de robar y que provocaron muertes en libertad. Las promotoras del aborto con pastillas que envenenaron al bebé y abandonaron a la madre sueltas y celebrando. Un médico que salvó una vida y evitó a una joven el trauma del aborto declarado culpable».
La Justicia rionegrina encontró al ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra responsable de incumplimiento de los deberes de funcionario público por negarse a practicarle un aborto legal a la joven R.P., de 19 años, que había sido violada y no quería gestar ni parir el producto de esa violación.
El juez Álvaro Maynet consideró que el médico llevó adelante “una maniobra dilatoria”, exigió requisitos que el acceso a la interrupción legal del embarazo no requiere y mintió, primero a la paciente y luego a la justicia, para forzar la continuidad de la gestación.
La pena a la que se enfrenta el ginecólogo -se conocerá en los próximos días- tiene un máximo de dos años por lo que no cumplirá prisión efectiva tal como demandaban las organizaciones pro aborto. Además el profesional podría recibir una inhabilitación para ejercer sus funciones por el doble de plazo.
El ginecólogo Leandro Rodríguez Lastra se negó en 2017 a interrumpir el embarazo de una joven de 19 años que había sido violada por un familiar.
El 2 de abril de 2017 la joven fue derivada al hospital de Pedro Moguillansky de Cipolletti desde Fernández Oro con un cuadro de 39 de fiebre, dolor abdominal, taquicardia y señales de infección. Al ser atendida por Rodríguez Lastra, jefe del servicio de Ginecología de la institución en ese momento, la paciente le explicó que estaba embarazada y había ingerido un fármaco para provocarse un aborto.
Los análisis revelaron que tenía más de 22 semanas de gestación (5 meses). Rodríguez Lastra decidió no interrumpirlo porque, a su juicio, iba a poner en peligro la vida de la madre y la del feto que podría haber nacido con graves deficiencias.
El ginecólogo determinó la internación por dos meses más hasta que la gestación cumplió las 35 semanas. En ese momento en el que le fue inducido el parto y el bebé fue dado en adopción.
Al conocerse el caso la diputada provincial Marta Milesi del partido Juntos Somos Río Negro (JSRN) presentó una denuncia judicial en contra de Rodríguez Lastra por incumplimiento de sus deberes profesionales.
Conocida la decisión, el cura Bonnin arengó: «Apoyemos a este doctor que fue fiel a su juramento hipocrático. Repudiemos esta locura. La libertad y la vida están en riesgo».
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.