Uno intenta superar al otro. Es una competencia interesantísima: ver cómo uno consigue más audición, mostrando su arte en la calle. Elaboran personajes cuidadísimos, y juegan el rol de mimos, de estatuas vivientes, aunque a veces dan giros de baile, y salen por un instante de esa posición quieta. Otros, rasguñan una guitarra, entonan la voz, ponen música a un día cualquiera, despliegan su arte en días de sol, nubladas, con llovizna. Ahí están. Siempre. Casi siempre.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.