El Ministerio Público Fiscal solicitó este miércoles la elevación a juicio de la causa por el asalto al corralón Almafuerte, de Paraná, que se produjo el 16 de julio de 2021 y del que terminó gravemente herido el hijo del dueño del local, el corredor inmobiliario Pablo Ferreyra.
Ante el juez de Garantías Mauricio Mayer, el fiscal Mariano Budasoff peticionó que sean sentado en el banquillo ante un jurado popular Luciano Federico Cuatrín y Jesús Raúl Alberto Lemos, acusados de robo agravado por el uso de arma de fuego y homicidio agravado en grado de tentativa; y Ariel Sione, como instigador.
En tanto, el fiscal adhirió al pedido de sobreseimiento de dos personas que en un momento de la investigación estuvieron sospechados de haber participado del hecho: Mario Godoy (suegro de Lemos) y Gonzalo Vega, a quien se vinculó con Sione. Un tercer pedido de sobreseimiento fue formulado por la defensa de Sione, pero no cuenta con el aval del fiscal quien dice que hay elementos para negarle esa salida.
De la audiencia participaron como abogados defensores Christian Panceri (por Sione), Claudio Berón (por Cuatrín y Godoy), Hugo Gemelli y Leonardo Kunzi (por Lemos) y Romina Cian (por Vega). De los imputados sólo estuvieron presentes las tres personas más cerca del juicio, Lemos, Cuatrín y Sione.
Al solicitar la elevación a juicio, el fiscal Budasoff leyó el hecho que se le imputa a los acusados. Señaló que «16 de julio de 2021, en momentos previos a las 10:15, Luciano Federico Cuatrín, Jesús Raúl Alberto Lemos y otra persona de sexo masculino no identificado, en función de un plan previo, arribaron a metros del local comercial que gira bajo razón social ‘Corralón Almafuerte´, en Avenida José Hernández N° 2678 de esta Capital, a bordo del automóvil Citroën C4, Sedán 5 Puertas, color blanco, con vidrios polarizados y dominio KWT043; se estacionaron sobre la doble vía de la Circunvalación y, munidos con un arma de fuego calibre .38, aguardaron a que instantes posteriores llegara al lugar Pablo Nicolás Ferreyra a bordo de su automóvil Audi A5, color gris, dominio LUE-527. Seguidamente Lemos y Cuatrín fueron al encuentro de Ferreyra en momentos en que éste descendió de su vehículo increpándolo e indicándole que les entregase la mochila que llevaba consigo. Ante la negativa de la víctima, uno de ellos intentó arrebatarle esa la mochila, pero, al ofrecer resistencia y forcejear, Cuatrín le indicó a viva voz a Lemos que le disparase a Ferreyra. Seguidamente Lemos le efectuó al menos seis disparos con el arma señalada para lograr desapoderarlo de la mochila y lograr su cometido».
En ese sentido, explicó que los disparos efectuados por Lemos le impactaron a Ferreyra, uno sobre el brazo derecho, a la altura del hombro, y el otro en el abdomen, de lado izquierdo. «Aprovechando que Ferreyra se encontraba herido, Lemos y Cuatrín le sustrajeron la mochila y se dirigieron hacia el Citroën C4 conducido por la tercera persona, dándose raudamente a la fuga. Como resultado de los impactos de bala, a Pablo Nicolás Ferreyra se le generó un neumotórax del lado derecho y un hemiperitoneo abdominal con lesiones en el hígado y el estómago, debiendo ser trasladado al Hospital San Martín, lugar donde fue intervenido quirúrgicamente en más de una oportunidad y permaneció en estado crítico aproximadamente veinte días con riesgo de vida. Dentro de la mochila que le sustrajeron los incursos, la víctima llevaba consigo la suma aproximada de dólares estadounidenses treinta mil (u$s 30.000)”.
En tanto, señaló que Sione, un hombre que regentea una pescadería, fue el instigador del hecho. Según la tesis del fiscal, el hombre estaba al tanto que todos los viernes Ferreyra tenía en su poder sumas de dinero con la que le pagaba a sus empleados y que de ello tomó conocimiento a través de algunos empleados del corralón que hablaban de ello en su negocio. También indicó que antes y posteriormente al robo se detectaron varias llamadas telefónicas entre Sione y Lemos.
Asimismo, el fiscal señaló que al juicio serán convocados varios testigos que vieron la secuencia del robo: un trabajador del corralón y Andrés Ferreyra, hermano de la víctima, quien identificó a Cuatrín y Lemos en una rueda de reconocimiento.
Además, detalló que existen informes de la Dirección de Inteligencia Criminal, que dan cuenta que en la zona del hecho se vio un vehículo que coincide con el que se movían los acusados; como así también pericias que determinan que una zapatilla gris, marca Puma, hallada en el lugar del robo pertenecería a Lemos, quien la perdió al huir; también un informe químico que determina que en el habitáculo del vehículo se detectaron rastros de disparos de arma de fuego, que llegarón allí por contaminación (es decir, tras disparar, los acusados contaminaron el vehículo con restos de pólvora).
En el caso de Sione, el fiscal señaló que se estableció «que hay conexiones de él con Lemos. Lemos al momento del hecho era empleado de Sione, porque al salir de la Unidad Penal -donde estaba condenado por un homicidio- fijó como domicilio la pescadería de Sione». También agregó que un informe de la División de Robos y Hurtos sindican varias llamadas entre los imputados antes y después del violento asalto.
Asimismo, sostuvo que César Núñez Guerrero, empleado del corralón que en un principio estuvo imputado en la causa, aseguró que cuando estaba detenido en la Unidad Penal de Paraná escuchó que los demás imputados hablaban al respecto y que lo amenazaron para que se «hiciera cargo del hecho». Budasoff dijo que Lemos y Cuatrín «le hacían a Núñez Guerrero un simulacro de asfixia con bolsas de nylón».
«En el entecruzamiento se ve las llamadas de Sione hacia el resto de los imputados. Es la mano subjetiva en esta coordinación de lo que iba pasando. Tenemos el descargo de Núñez Guerrero que informa lo que sufrió en la Unidad Penal», manifestó el acusador público.
Pedidos de sobreseimiento
En otro orden de cosas, el fiscal adhirió al pedido de sobreseimiento para Gonzalo Vega -quien hacía trabajos para Sione- y Mario Godoy -suegro de Lemos- por falta de pruebas. El primero es defendido por la abogada Cian y el segundo por Berón.
También solicitó el sobreseimiento el abogado Panceri, defensor de Sione, por entender que la Fiscalía no tiene elementos para llevar a juicio a su pupilo. Ello no fue acompañado por el fiscal, quien pidió que se rechace ese pedido.
«El fiscal no ha dado probanza de cómo Sione tenía conocimiento del dinero que tenía Ferreyra. Tampoco en cómo determinó a Lemos y Cuatrín a hacer estos hechos. La fiscalía no ha probado esos extremos. Esto genera un estado de vulneración a la defensa porque no sabe de qué se defiende. El fiscal habla de conexidad entre el informe del Patronato del Liberado, donde Lemos fija el domicilio de Sione para trabajar, pero no está constatado que esté la firma de Sione. Además, debo aclarar que Sione conoce a Lemos cuando trabajaron juntos años atrás en la pescadería. Lemos se dedicaba a la venta de pan casero», dijo el abogado Panceri.
En cuanto al teléfono que se vincula a Sione, sostuvo que no pertenece a su defendido. «El estado de sospecha no se construye con el instinto de la Fiscalía. No hay elementos probatorios para mantener el estado de sospecha y nos da el estado de certeza liberatoria», manifestó.
En la réplica, el fiscal Budasoff defendió su postura de llevar a juicio a Sione: «No hay certeza negativa de que Sione no haya participado. Pensar que la instigación se prueba como otras participaciones es una quimera, la participación se va a probar en el juicio. En esta instancia hay una serie de indicios que permiten sospechar de su participación en el grado endilgado. Hay un testigo, Duarte, que sindica que una persona de la fisonomía de Sione le ofrece realizar este robo en perjuicio de Ferreyra».
Tras escuchar a las partes, el juez Mayer anunció que analizará en primer lugar los pedidos de sobreseimiento y luego dará su decisión sobre la elevación de la causa a juicio.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.