El 17 de julio, el intendente Adán Bahl firmó el decreto N° 1.060 por el cual habilitó el funcionamiento de los bares y restaurantes, luego de las restricciones impuestas tras el brote de coronavirus de mediados de junio, y dispuso que mantengan las puertas abiertas entre las 6 y las 18 desde el sábado 18, solamente con mesas al aire libre.

Pero el viernes 24 hubo una ampliación en el funcionamiento de los bares en la ciudad. El secretario Legal y Técnico de la Municipalidad de Paraná, Pablo Testa, anunció que desde el sábado 25 empezaban a regir nuevas habilitaciones, entre ellas la posibilidad de que los bares funcionen con hasta un 30% de capacidad en su interior, y que el horario de extienda, por una hora más, hasta las 19.

Ese mismo sábado 25 ocurrió una situación enojosa en el bar Las Piedras, ubicado en Córdoba y Alameda de la Federación. Allí, inspectores de la Municipalidad de Paraná llegaron al horario de cierre, las 19, y labraron un acta de clausura por transgredir “las normas que habilitan la actividad  gastronómica de bares, restaurantes y cafés por exceso de personas fuera del local”; también, a raíz de una denuncia por “exceso de volumen en la música”; y por “ejercer actividad comercial luego del horario habilitado para tal fin”.

El caso tuvo un condimento: un concejal, Maximiliano Rodriguez Paulin (PRO), presente al momento de la clausura, intercedió en favor de los dueños del local y quiso evitar la clausura.

Nicolas Vartorelli, socio gerente de Le Coq SRL, firma propietaria del bar Las Piedras, hizo su descargo ante la Justicia de Faltas tras la clausura preventiva dispuesta el sábado 25. Dijo que el acta de clausura no constituyó un acto administrativo “válido” por la existencia de “tres supuestas infracciones que de ninguna manera describe, tipifica o detalla, afectando seriamente el derecho de defensa de nuestra parte y viciando de nulidad el acto administrativo”.

La primera falta, exceso de capacidad fuera del local”, Vartorelli la cuestiona por cuanto el acta “no expresa cuántas personas había y cuántas debía o podía haber, o cuántas eran las que excedían la capacidad fuera del local”. Y que la ordenanza N ° 1060 que se arguyó “no dice cuántas personas puede haber al aire libre (fuera del local)”.

El segundo punto, exceso de volumen, “más allá que carece de toda seriedad que se clausure un local por una (supuesta) denuncia, en ningún momento detalla en qué consiste el ´exceso de volumen´”. Y según Vartorelli, los inspectores “no constataron la existencia de exceso de volumen alguno”.

Respecto de la tercera infracción que le endilgaron, mantener abierto el local fuera del horario habilitado –las 19, y eran las 19,13- negó que haya sucedido así. “Además que no es cierto va de suyo que imponer una sanción de clausura por 13 minutos de ´exceso´resulta absolutamente arbitrario”, señaló.

Al final expresó que “al momento de hacerse presente los inspectores, ya se había dejado de atender, se había cerrado la caja (es decir no se expendía más) y solo se estaba esperando que se retiren los clientes presentes que ya (obviamente) no se los iba a echar, y menos luego de tanto tiempo sin que pudiéramos ejercer nuestro derecho a trabajar”.

El juez de Faltas N° 3, Amado Siede, que intervino en el caso, consideró que “resultan razonables, atendibles y prosperan los argumentos vertidos” por Vartorelli en su calidad de socio gerente de Le Coq SRL, propietaria del bar Las Piedras, y desestimó dos de las tres imputaciones que hicieron los inspectores en el acta de clausura preventiva del local.

“Mas no prospera el descargo efectuado en relación a la tercera imputación  -tener abierto el bar fuera del horario permitido- toda vez que el horario habilitado por la norma legal –Decreto N° 1.060/2020, es entre las 6 y las 18 horas, por lo tanto el exceso no fue sólo de 13 minutos como se manifiesta  en el descargo, sino que fue de una hora y trece minutos, ay que el acta fue realizada a las 19,13”, entendió el juez Siede.

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De ese modo, el juez de Faltas se guió por lo que dispuso la Municipalidad el viernes 17, cuando habilitó el funcionamiento de los barres de 6 a 18, solo con mesas al aire libre, pero no tuvo en cuenta la modificación que el mismo gobierno de la ciudad anunció el viernes 24, cuando autorizó a los bares a extender una hora el horario de apertura, hasta las 19, con la posibilidad de ocupar un 30% de su capacidad dentro de los locales.

De igual modo, Siede  dispuso este martes 28 levantar la clausura preventiva “considerando las especiales circunstancias actuales, relacionadas con la pandemia de coronavirus que vivenciamos”. Aunque le impuso una multa.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora