En abril de 2016 la ciudad comenzó a aplicar, apurada por una orden de la Justicia, un plan de separación domiciliaria de residuos que marcha a los tropiezos. Los contenedores, un sistema que puso en marcha la exintendenta Blanca Osuna, funcionan como pueden, a veces objeto del más atroz vandalismo. Y aunque tienen un letrero que indica qué se puede arrojar adentro y qué no, los vecinos suelen aplicar su propia receta para cada caso. En ocasiones, dejan adminículos imposibles, como esta cocina, puesta al costado de un árbol, próximo a un contenedor, sobre calle Corrientes.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.