La imagen, insólita, se observa en uno de los patios de la Escuela Normal José María Torres, ubicada en la céntrica esquina de Urquiza y Corrientes. Un pasillo a desnivel que separa la vereda de calle Corrientes del señorial edificio se ha convertido en un depósito de residuos. Principalmente, de botellas vacías de bebidas alcohólicas. El lugar es de difícil acceso y casi no es utilizado ni por la comunidad educativa de la Escuela Normal, ni por la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de Entre Ríos (Uader), cuyo decanato funciona allí.

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora