El Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) desarrolló en noviembre de 2018 una serie de diálogos con pensadores del subcontinente bajo un denominador común: “Las luchas por la igualdad, la justicia social y la democracia en un mundo turbulento”. Entrevistados por Jorge Gestoso, los distintos pensadores desarrollaron sus líneas de pensamientos, entre ellos, la antropóloga Rita Segato, que expuso su visión sobre la transformación de América Latina en un nuevo Medio Oriente, basado en el fundamentalismo religioso.

Entonces, nada de lo que ahora se ve en Bolivia, con dirigentes políticos y militares aferrados a vírgenes, cristos y biblias como fundamento para derrocar al presidente constitucional Evo Morales había aparecido. Por eso, adquieren relevancia las palabras de Segato.

“No voy a tener ningún pudor en adherir a la teoría de la conspiración”, inició Rita Segato, implacable y sin eufemismos. En su exposición, se refirió al avance del fascismo en Latinoamérica y al vínculo inherente entre este avance y las iglesias católicas y evangelistas, a quienes puso al mismo nivel de peligrosidad para nuestras democracias que el crimen organizado.

Este es un extracto de su esposición:

“Hay dos poderes que conspiran contra la posibilidad de una efectiva democracia en nuestro continente: el primero es el crimen organizado, a la que prefiero llamar la esfera paraestatal de control de la vida.

“Coloco al mismo nivel el implante del crimen organizado en América Latina con el implante de los fundamentalismos cristianos. Son equivalentes, idénticos, en su conspiración con la posibilidad de que tengamos democracias.

“Hoy la grieta que dividía iglesias evangélicas de la Iglesia Católica se ha desplazado a otro lugar, y marca otra división mucho más importante: la división entre sectores cristianos, católicos y evangélicos del campo crítico, o sea, que quieren y desean una mejor vida para más gentes, con una práctica que da alguna línea de continuidad a la búsqueda de diálogo ecuménico de los años sesenta y setenta. Y sectores católicos y evangélicos fundamentalistas. Estos sectores fundamentalistas han importado las estrategias del faccionalismo religioso que destruyó el Medio Oriente, haciéndola ingresar en nuestra región del mundo. Yo creo que hay un plan de transformar América Latina en un Medio Oriente y uno de los métodos es la guerra religiosa.

“Es por estos dos caminos, el terror frente al arbitrio de las formas estatales de control de la vida, y la presencia de sectores cristianos fundamentalistas, adentrados ya en nuestro continente, firmemente implantados, que se da el implante de un huevo de la serpiente bergmaniano.

“En el centro de este fanatismo religioso, su clave, su manera de enunciarse es también, como en el caso del crimen organizado, el cuerpo de las mujeres. Una democracia que no es pluralista será una dictadura de la mayoría. Nos han vencido en la sociedad, créanlo. Hemos vencido muchas veces en las elecciones, ahora ya no, porque nos han vencido en la sociedad. ¿Por qué? Porque confiamos demasiado en el Estado, porque le hemos puesto todas las fichas de nuestras luchas en el campo estatal. Y hemos olvidado, gobernantes y gobernados, de que existe vida inteligente en la vida comunal.

Biblia en mano, la senadora Jeanine Áñez se «autoproclama» presidenta de Bolivia.

“La única manera de reorientar la historia es desmontar el mandato de masculinidad”.

Fuente: 25 Horas