El Ministerio Público Fiscal reorientó la investigación penal en torno a la muerte de Ariel Goyeneche, detenido por la Policía el 12 de febrero último y llevado a la Comisaría 2°, donde termina muriendo por asfixia, y modificó el decreto de la causa e imputó a tres agentes de la Policía por “homicidio en exceso en cumplimiento de un deber”.
En base a los informes periciales colectados en el último tiempo, la Fiscalía presume que 12 de febrero, alrededor de las 6,30, los funcionarios policiales en servicio en Comisaría Segunda Lisandro Romero, sargento; David Vázquez, cabo; y Alan Vázquez, oficial ayudante, “ocasionaron la muerte de Ariel Alejandro Goyeneche por asfixia mecánica por compresión toracoabdominal. También le provocaron múltiples lesiones contusas, excoriaciones y equimosis en el torso, tobillos, rodillas, mejillas y cabeza, así como un hematoma en riñón derecho y desgarro hepático”.
Todo se inició aproximadamente a las 5 de la mañana de aquel 12 de febrero cuando un vecino de calle Luis Piedrabuena alertó que sobre el techo de su vivienda había una persona. Llamó al 911 y acudió un móvil policial: fueron comisionados Lisandro Romero y David Vázquez, del móvil 902, asignado a la Comisaría 2°.
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Llegaron los dos uniformados, detuvieron a Goyeneche, quien según la investigación judicial, “evidenciaba agitación, estaba exaltado, y disvariaba”. Goyeneche bajó del techo de esa vivienda de calle Luis Piedrabuena por sus propios medios. Avisó que alguien lo perseguía, que querían matarlo. Los policías lo esposaron y lo subieron al patrullero y lo llevaron hacia la dependencia policial ubicada en calle Gualeguaychú al 200.
Llegaron cerca de las 5,20. El vehículo policial se detiene frente a la sede de la Jefatura Departamental Paraná de la Policía, a escasos metros de la Comisaría 2°. Ariel Goyeneche baja del patrullero e ingresa a la sede, pero allí es devuelto al móvil policial. Actúan el sargento Romero y el cabo Vázquez.
Entonces lo retienen en la vereda. Es testigo de la situación el oficial Alan Vázquez. Entre los tres, “mantuvieron innecesariamente al detenido dentro del habitáculo del móvil 902, durante aproximadamente 35 minutos, a 30 metros de la Comisaría, con las ventanillas cerradas, sin avanzar, prolongando y agravando innecesariamente las condiciones de custodia, ignorando los pedidos de ayuda, a gritos, de la víctima”.
Luego, a las 5:58 hs., recorrieron en la unidad unos metros hasta posicionarse frente a la Comisaría, manteniéndolo en el asiento a Goyeneche.
Alrededor de las 6 de aquel 12 de febrero, , el cabo David Vázquez abrió la puerta trasera derecha y arrojó violentamente desde el patrullero a Ariel Goyeneche, esposado, hacia el asfalto, para luego -junto al Sargento Lisandro Romero – someterlo boca abajo, esposado y con precintos plásticos que sujetaban sus tobillos.
Con el torso sobre la vereda, la cintura en el cordón y las piernas en el asfalto, el cabo David Vázquez ubicó sus rodillas sobre la espalda de Goyeneche, impuso su peso sobre éste, mientras que Romero dominó sus miembros inferiores, golpeándole la cintura, las rodillas y tobillos. En esas condiciones, lo retuvieron por aproximadamente 25 minutos, pese a los pedidos de Ariel Goyeneche que decía: `Basta, por favor´. Luego, el desvanecimiento de la víctima y su muerte.
El oficial Alan Vázquez, como superior jerárquico, “pese a encontrarse a cargo del procedimiento, al igual que los co-imputados, omitió priorizar la vida, integridad física y seguridad del aprehendido; siendo su conducta – como las de Lisandro Romero y David Vázquez -, contraria a los deberes” incluidos en la Ley 5.654, dice la imputación fiscal.
“Sometieron a Ariel Alejandro Goyeneche a un trato innecesario y abusivo, pese a que se trató de un caso de crisis de salud mental, razón por la cual los imputados debieron proceder junto a un profesional de la salud, desde el momento mismo de la detención», señala.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora