El Círculo Médico de Paraná salió a despegarse de la situación del médico Hugo Mario Moya, condenado en delitos de lesa humanidad, y rehabilitado para volver a trabajar, lo que generó el repudio de arias obras sociales, que lo expulsaron de sus cartillas de prestadores.

“En primer lugar, aclaramos que el Círculo Médico Dpto. Paraná no ha otorgado ninguna autorización para que Moyano, médico que recientemente cumplió su condena por crímenes de lesa humanidad, pueda ejercer la profesión. Nuestra asociación carece absolutamente de facultad para habilitar el ejercicio de la profesión médica, dado que no tiene el control de la matrícula. La competencia para la autorización del ejercicio de la medicina es exclusiva del Estado Provincial, que otorga las matrículas profesionales”, dijo la entidad.

El Círculo Médico de Paraná está presidido por quien fuera secretario de Salud de Jorge Busti, Alfredo Angarola. Fue en la segunda gestión de Jorge Busti en la Gobernación, entre 1995 y 1999. Antes, entre 1989 y 1997, Angarola fue presidente de la Federación Médica de Entre Ríos (Femer). Entre 2016 y 2018 presidió el Círculo Médico de Paraná. Y ahora volvió a ocupar ese mismo cargo.

Su hija, Ernestina, formó parte del contingente de médicos varados en distintos puntos del mundo por la pandemia de coronavirus y que fueron repatriados en un vuelo especialmente dispuesto por el Gobierno nacional.

Moyano nació en Santa Fe hace 71 años. Llegó a Paraná en 1973, con 24 años, y enseguida comenzó a trabajar como médico de la Fuerza Aérea Argentina, según dijo, “por la sola razón de una necesidad económica”. La misma motivación lo llevó, en 1976, ya consumado el golpe militar, a ingresar al Servicio Penitenciario como médico de las cárceles paranaenses. “Era muy joven, recién recibido, necesitaba trabajar, hacerme de un buen nombre en la sociedad”, diría hace unos años ante la justicia.

Atravesó la etapa más dura de la represión ilegal como agente civil de la Fuerza Aérea, hasta 1979, y abandonó su tarea en las unidades penales recién cuando el gobierno constitucional lo obligó a optar entre eso y su trabajo en los hospitales públicos.

Ex presos políticos contaron que mientras estaban en cautiverio eran retirados de las cárceles de Paraná y trasladados al centro clandestino de detención que funcionó en el Batallón de Comunicaciones, a una casa de torturas que había en cercanías de la Base Aérea o dentro mismo de la unidad penal, donde también eran sometidos a tormentos. La presencia de Moyano ha sido señalada con frecuencia en esos lugares e incluso en los libros de guardia del Servicio Penitenciario constan también las salidas de los detenidos políticos para ser atendidos en el Hospital Pasteur, donde trabajaba Moyano, según publicó Página Judicial.

En el plenario de la megacausa Área Paraná, Mariana Fumaneri, ex detenida política, contó que estando en la cárcel, una compañera de cautiverio, Gloria Tarulli, debió ser atendida por una descompostura. El médico de la unidad penal era Moyano, a quien Fumaneri describió como un hombre alto, bien peinado y con “olor a limpio”, como si acabara de salir de la ducha. “Sentí que era la misma persona” que la había revisado mientras la torturaban en los calabozos del Escuadrón de Comunicaciones del Ejército.

Precisamente por las torturas que sufrió Tarulli, entre agosto y octubre de 1976, es que Moyano estaba con prisión preventiva.

La ex detenida política dijo haber visto a Moyano cuando era torturada en la casita de la Base Aérea. Relató que le aplicaron picana eléctrica en distintas partes del cuerpo y en las encías, mientras estaba desnuda y atada de brazos y piernas a un camastro.

Los verdugos se burlaban y le decían:

–Te vamos a sacar la epilepsia, hija de puta.

En esas circunstancias escuchó la voz gruesa de Moyano:

–Paren, paren que viene el infarto –les dijo el médico en varias oportunidades, hasta que la mujer perdió las fuerzas y se desmayó.

Volvió a verlo en la casita, en la casa del director –otro sitio de torturas– y también la cárcel de mujeres, donde la atendió por un ataque de epilepsia y le dijo que no tenía nada, por lo que no le dio ninguna medicación ni tratamiento.

Esos hechos constituyen la acusación de la denominada causa Área Paraná II, en la que está detenido con prisión preventiva y bajo arresto domiciliario. Los abogados Lucía Tejera, Sofía Uranga y Marcelo Boeykens, que representan a las víctimas, pidieron una condena de veinte años de prisión por los delitos privación ilegítima de la libertad e imposición de tormentos. La jueza Beatriz Aranguren tiene el expediente a despacho para dictar sentencia.

¿Quién autorizó que Moyano, condenado por delitos de lesa humanidad, pueda seguir ejerciendo su profesión?

El Circulo Médico, expresó públicamente, que “recibió de parte de Moyano toda la documentación habilitante provista por el Ministerio de Salud provincial, incluyendo las constancias emitidas por las autoridades provinciales pertinentes que garantizan que su matrícula está habilitada, y con estos documentos se gestionó la incorporación en los listados de los convenios que el Círculo Médico tiene con las obras sociales, que es el alcance del accionar del Círculo. Es absolutamente falso que nuestra institución haya habilitado al Dr. Moyano a ejercer la profesión. No obstante, teniendo en cuenta la situación suscitada en la opinión pública, hemos decidido suspender preventivamente la tramitación relativa al cobro de sus honorarios, y vamos a solicitar inmediatamente al Ministerio de Salud de la Provincia nos informe respecto a la matriculación del nombrado profesional y las razones por las cuales se lo habilitó para ejercer la profesión. Asimismo, solicitaremos al Juzgado Federal de Paraná, y la Cámara Federal de Apelaciones que nos informen la situación procesal del Dr. Moyano, y el estado de las causas en trámite a los fines de tomar las decisiones institucionales que por nuestro estatuto correspondan”.

“Toda la información referida a este caso particular y el resto de la información pública de nuestra institución se encuentra a disposición de los socios, la comunidad, las asociaciones de la sociedad civil y de todos los órganos del Estado. Trabajamos en un marco de apertura y transparencia, siempre con la convicción de que estamos haciendo lo mejor en representación y defensa de los derechos e intereses médicos en el ejercicio de su profesión”, indicaron desde el Círculo Médico de Paraná

Y agregaron: “Desde nuestra institución repudiamos toda acción y participación en actos de lesa humanidad y actitudes que vayan en contra de los derechos humanos y libertades fundamentales por cuanto se enfrenta con el espíritu y valores esenciales de la actividad médica”. Y concluyeron: “Finalmente, esta situación reafirma más que nunca la necesidad que tenemos los médicos y médicas de que se proceda a la creación del Colegio de Médicos profesionales, entidad necesaria para velar por un efectivo control de la matrícula, que pueda comprender y atender, conjuntamente con el Estado Provincial, los verdaderos problemas del sistema de salud. Entre Ríos es una de las pocas provincias en el país que no cuenta con la Colegiación Médica, siendo esta institución un actor esencial, e imprescindible para el diseño y la redefinición del sistema de salud de nuestra provincia».

De la Redacción de Entre Ríos Ahora