Mercedes Sosa, Luis Alberto Spinetta, León Gieco, Abuelas de Plaza de Mayo, Madres de Plaza de Mayo, Eduardo Galeano y Alfredo Alcón fueron algunos de los muchos que participaron, en 1997, de la Carpa Blanca de los docentes instalada en la Plaza de los Dos Congresos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, para reclamar una ley de financiamiento educativo.

Gobernaba Carlos Saúl Menem y su ministra de Educación era Susana Decibe. Aquella carpa se mantuvo 1.003 días. En aquellos 1.003 días ayunaron 1.380 docentes de todo el país (80 de ellos entrerrianos), pasaron por la carpa 1.500 maestros que ayudaron en la organización, 7.000 escuelas y 2.800.000 personas que visitaron a los ayunantes. Se juntaron 1.500.000 firmas en defensa de la educación pública. La carpa fue escenario de 475 hechos culturales y de ella partieron seis marchas multitudinarias. Se mantuvo hasta el 30 de diciembre de 1999 cuando el entonces presidente Fernando de la Rúa prometió garantiza el pago del Incentivo Docente que Menem anunció y no cumplió. De la Rúa, tampoco.

Así, con la Carpa Blanca y el ayuno interminable de los docentes, nació el Fondo Nacional de Incentivo Docente (Fonid), que más de dos décadas después todavía subsiste.

El Fonid tiene una larga historia. Empezó a escribirse el 2 de abril de 1997, cuando la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) instaló la Carpa Blanca frente al Congreso para reclamar una ley que financiara mejoras salariales.

El docente Ricardo «Cacho» Matzkin, fallecido en enero último, activo dirigente docente y uno de los ayunantes en la Carpa Blanca.

A fines de 1998, el Congreso Nacional creó un impuesto que gravaría con el uno por ciento anual a los autos, aviones y embarcaciones. La idea era destinar esa recaudación a un aumento de los salarios docentes. Pero la iniciativa fue un fracaso: el Gobierno no logró recaudar los 660 millones necesarios para asignarles a los maestros un aumento mensual de 60 pesos.

Este revés y la larga permanencia de la Carpa frente al Congreso fueron en parte los motivos que llevaron a la exministra Decibe a renunciar a su cargo, sin haber logrado superar el conflicto.

El 30 de diciembre de 1999 el conflicto por el financiamiento del Fondo pareció llegar a un final. Veinte días después de asumir la presidencia, Fernando de la Rúa logró la aprobación de una ley que garantizaba el incentivo docente con fondos del Tesoro Nacional para el período 2000-2001.

Ese mismo día, después de 1.003 días —dos años y nueve meses— de protesta, la Carpa fue desmantelada por maestros que se habían turnado para ayunar.

El Incentivo fue uno de los logros que consiguieron arrancar al Gobierno los docentes, tras la instalación de la Carpa Blanca frente a la Plaza de los Dos Congresos, que duró mil días.  Aquel beneficio se pensó por un plazo de cinco años, pero todavía subsiste.

Hoy, el Fonid supone una suma fija en negro de $2.420 que se cobra por cargo. Durante todo el gobierno de Mauricio Macri se congeló en $1.210. Durante la administración de Alberto Fernández se duplicó, pero como medida de emergencia.

Clelia Lavini, que fue secretaria general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) entre 1991 y 1994 y entre 1994 y 1997, pero también estuvo en la conducción de la Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera), habló respecto de aquella medida de los maestros y el menemismo.

«Los docentes de Ctera nos opusimos a Menem y sus políticas neoliberales. Menem lo que hace es traicionar al peronismo. Nuestra posición en contra del Gobierno de Menem se basó en una oposición a su política de privatizaciones, que resistimos. Menem no pudo avanzar con la privatización de la escuela pública por la oposición no sólo de los maestros sino por un fenómeno social importante, que fue el hecho de que la sociedad rodeó y apoyó la lucha docente. Ese fue el gran triunfo de la Carpa Blanca: el apoyo del pueblo. El Gobierno menemista intentó convencer a los maestros de lo contrario, y hubo ministros que viajaron por todo el país para quebrar el apoyo a la Carpa Blanca. Los maestros supieron responder a esas acciones», dijo en diálogo con Entre Ríos Ahora.

Lavini observa las reacciones que hubo tras la muerte del expresidente Carlos Menem y se detiene en las declaraciones de otro expresidente, Mauricio Macri -“Lamento profundamente la muerte del ex presidente Carlos Saúl Menem. Nos deja ante todo una buena persona, a quien recordaré con mucho afecto», dijo- y observa que hay una línea que uno ambos gobiernos. «Macri dijo que fue un gran transformador. En realidad, Menem fue un gran traidor. Me cuesta decirlo, pero lo siento así. Nosotros, los docentes, tuvimos una lucha muy larga, acompañados por muchos sectores que pelearon contra las privatizaciones. Fue una época de lucha muy intensa», recordó.

Durante los 1.003 días de la Carpa Blanca, Lavini había asumido como secretaria gremial de la Ctera así que pasó todos los días y todas las noches cerca de la protesta docente. «Recibí a estudiantes de universidades de Francia y de Estados Unidos que venían a Buenos Aires a analizar sociológicamente el fenómeno de la Carpa. Pasé Navidad y Año Nuevo junto a los compañeros que sostenían el ayuno. Fue, además, una experiencia enriquecedora. Aprendimos a conocer la realidad de la escuela en distintos puntos del país».

-Hoy la docencia enfrenta otras batallas. En Entre Ríos, está discutida la vuelta a la presencialidad en medio de la pandemia de coronavirus. ¿Qué piensa al respecto?

-Yo soy parte de Agmer. Acompaño sus políticas. Y es razonable lo que plantea el sindicato. Si bien por ahí hay escuelas que están en condiciones de volver, tenemos que ver otras situaciones. Y ser concientes de que el contagio no está en la escuela. Está en la sociedad y el virus puede entrar en la escuela y ahí nos enfrentamos al peligro del rebrote. La escuela es el lugar donde brotan los contagios. Opino que los docentes tendrían que volver al aula cuando ya esté la vacuna para todos. Coincido en esto con Adriana Puiggros -que en 2020 renunció a su cargo de viceministra de Eduación- cuando dice que es preferible fortalecer la virtualidad y no estas presencialidades parciales. Y en esto el congreso de Agmer fue claro cuando plantea por qué razón no acompaña la presencialidad.

De la Redacción de Entre Ríos Ahora