Hay un silencio atroz, una quietud que exaspera.
El sol reverbera en esta mañana de mayo y ahí, al frente de ese edificio de puertas clausuradas, hay mensajes escritos contra una pared vidriada: “Estamos de asamblea permanente”; “No al cierre de Clínica España”; “Por nuestra dignidad”, y así.
Acá, en este edificio mudo donde el sol reverbera, alguna vez hubo una clínica, cuarenta camas ocupadas por gente en tránsito, setenta empleados que se afanaban cada día sin pensar en lo que ahora: la incertidumbre del día a día.
El 4 de abril, el médico Sergio Valin, gerenciador, desde principios de 2015, de la Clínica España, tomó una medida insólita: decidió dejar de recibir pacientes.
Seis días después, con el alta del último paciente, el sanatorio quedó vacío. En la incertidumbre más profunda.
Valin argumentó deudas de PAMI. El PAMI niega tener deudas.
La discusión se cerró del pero modo: se cerraron las puertas.
La Clínica España es uno de esos centros de medicina privada que dependen del Estado: los llaman “PAMI dependientes” porque la mayor parte de su facturación es con la obra social de los jubilados.
Poco más de 10 mil afiliados al PAMI están “capitados” en la Clínica España.
Pero la Clínica España se desentiende de ellos.
No los interna desde el 4 de abril y la consecuencia es el camino del Gólgota: un jubilado que requiere una cama golpea, primero, las puertas de la Clínica España, después PAMI, y al final termina en el Hospital San Martín, sobrecargado el hospital de demanda y ya casi sin posibilidades de respuesta.
PAMI tiene el Hospital del Bicentenario Teresa Ratto, pero el Hospital del Bicentenario es sólo un centro de salud sin internación.
En la costa del Paraná, PAMI tiene 78 mil afiliados; 10 mil de esos, tenían como centro de derivación a la Clínica España.
Ya no.
“Desde que el 4 de abril el director Sergio Valin decidió no internar más pacientes ya no hubo más nada”, dice Germán Martínez, vocero de los trabajadores de la Clínica España.
Los trabajadores han tomado la clínica, y van cada día con el uniforme puesto, como si hubiera enfermos por atender, pacientes por recibir.
Han cobrado sólo el 50% de los salarios de marzo, aunque les deben el mes de septiembre y el medio aguinaldo de 2015. En la última asamblea que hubo, lo convocaron al administrador Valin.
Pero el administrador Valin, suelto de cuerpo, les dijo que no esperen ni mucho ni demasiado: si ocurriera que él pudiera cobrar las facturaciones que le debe PAMI, les dijo, primero “recuperará” lo que invirtió en la clínica, se marchará a su casa, y con lo que quede se saldarán las deudas salariales.
Valin es el último administrador que llegó a la Clínica España, que continúa siendo de la misma SRL, a cuyo frente está Sebastián Fouces.
Pero si no pueden esperar mucho del administrador, tampoco aguardan tanto de la Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina (ATSA), el gremio que desde hace tantísimos años dirige Omar Duerto.
Desde febrero, los trabajadores de la Clínica España están sin delegados gremiales por vencimiento de mandato y falta de convocatoria a elecciones. Todo eso por diferencias hacia el interior del sindicato: buena parte de los empleados responden a la agrupación Juana Azurduy, opositora a la línea de Duerto.
Por eso, prefieren identificarse, antes que como cobijados por ATSA, como autoconvocados.
Así, han hecho todo por visibilizar el conflicto.
Este jueves estuvieron reunidos con el administrador de PAMI, Julio Barci, a quien le llevaron la propuesta para que la obra social de los jubilados se haga cargo de la administración de la clínica.
“Esta clínica viene siendo Pami dependiente desde hace años. Qué mejor que ellos para que se hagan cargo. No nos prometió nada. Es otra puerta que golpeamos”, dice Martínez.
Mientras, batallan con el día a día, y con la esperanza de que el conflicto tenga, por fin, un final feliz.
Nadie quiere irse a casa con las manos vacías, y por eso ahora han resuelto tomar el edificio.
“Perder este lugar –dice– es como perder tu casa”.
Ricardo Leguizamón
De la Redacción de Entre Ríos Ahora
En Twitter: @ricleguizamon