Buses Paraná, la unión transitoria de empresas que tiene la concesión del servicio de colectivos en la ciudad hasta fin de 2025, presentó en mayo pasado un pedido de recomposición de la tarifa ante la Municipalidad de Paraná. Planteó una tarifa plan de $1.900 -la que está vigente es de $1.285- pero un mes después todavía no tiene respuesta. En medio, Buses se enteró que la Provincia congeló el monto de subsidios al transporte con lo cual aquella proyección quedó desactualizada antes de que entre en vigencia.
“El costo que nosotros hicimos fue a partir de la renegociación de los salarios de lo choferes y el valor del combustible, y se hizo una proyección con los aportes del Estado provincial y el Estado municipal. Cuando establecimos esa cifra proyectamos que iba a haber un ajuste de los ingresos por parte de la Provincia, cosa que con el correr de los días nos enteramos que no iba a ser así. La Provincia empezó a tener charlas con todos los empresarios del interior y adelantó que no iba a poder incrementar como tenía previsto el aporte que era de 1.000 millones de pesos mensuales para toda la provincia. Para junio se habían pactado 1.300 millones de pesos. Adujeron caída de la coparticipación y la necesidad de un ajuste interno”, explicó Lischet en diálogo con el programa Puro Cuento de Radio Plaza 94.7.
-¿Y ustedes cuánto pidieron de aumento en la tarifa?
-El costo nuestro nos está dando $1.960. Eso es el costo teniendo en cuenta la incidencia salarial y los rubros importantes que nosotros manejamos.
-¿Qué impacto puede tener este congelamiento que dispuso la Provincia en materia de subsidios?
-La consecuencia es inmediata. En los últimos seis o siete meses pudimos hacer frente al costo salarial, cosa que en este momento va a ser difícil teniendo en cuenta los aguinaldos que se vienen.
-¿Ven complicado poder cumplir con el aguinaldo?
-No. Nosotros lo que vemos es que vamos a tener que recurrir a fondos de terceros, como bancos, para poder hacer frente a los compromisos si la Provincia no aporta lo que tenía previsto y la municipalidad no ajusta la tarifa. Ya ha pasado un mes del pedido que hicimos en mayo.
-¿Tienen alguna señal desde el Municipio respecto de la recomposición de la tarifa?
-No he tenido ningún contacto con el Municipio, por lo tanto no sé cuánto va a ser el aumento que se va a otorgar. Tampoco sabemos la fecha. Lo único que sabemos a través de trascendidos es que saldría antes de fin de mes y se habló de una tarifa plana de $1.400. Eso es en base a comentarios. No es lo que nosotros pedimos.
-¿Cómo imagina que va a cambiar el servicio, si es que va a cambiar, luego de la nueva concesión?
-Cuando salieron los pliegos, con Mariano Moreno vino que era imposible hacer frente a lo que estaba pidiendo el Municipio. Por lo tanto, nosotros sabíamos que nuestra empresa no iba a poder adecuar sus prestaciones a lo que solicitaba el Municipio. Me parece que no se analizaron algunas variables al proyectar el servicio que se pretende. La caída que se registró después de la pandemia, lo que fue el aspecto económico y la inflación que nos golpeó a todos, nosotros como empresa y a la gente con sus ingresos. Acá hay algo muy claro: si la gente no puede pagar la tarifa real, tiene que venir el subsidio del Estado. Desde la mirada de Mariano Moreno el contrato de concesión nunca se cumplió como se firmó.
-El especialista en costos del Municipio, Carlos Maisterrena, ha dicho que la única vía de financiar una mejora en el servicio es vía tarifa. ¿Usted entiende también que la única forma de financiar un mejor servicio es vía tarifa?
-Qué curioso. El técnico de la Municipalidad dice que es imposible soportar el servicio con las tarifas que se está pagando hoy, y se trata de tarifas que él mismo impuso. Y eso provocó que no pudiéramos cumplir con el servicio. A mí me da la sensación que esta ecuación no cierra por ningún lado. La inversión que más o menos nosotros calculábamos que había que hacer sobrepasaba los 15 millones de dólares, y 15 millones de dólares teniendo en cuenta que aparezcan los créditos y la estabilidad económica. Pero lo que vemos a diario es que el ingreso de la gente no aumenta, que la gente usa menos el transporte público, se ve menos gente en la calle, el comercio se queja, y uno lo ve a diario. Entonces, hacer una propuesta para después no cumplirla, no tiene sentido.
-¿La concesión de Buses Paraná llega a su fin en diciembre?
-Exacto. El contrato nuestro establecía dos pautas: una, que eran ocho años y que vence en diciembre, y había una posibilidad de una prórroga de cuatro años más; bueno, a la vista está que la prórroga no va a existir porque se llamó a la licitación.
-¿Se logró recuperar el número de pasajeros transportados?
-No. Se ha perdido aproximadamente el 30% de la carga. Nosotros teníamos prepandemia un corte de tarjetas que estaba alrededor de los 100.000 pasajeros día, y en este momento no llegamos a 60.000. Esa fue una de las cosas que nosotros analizamos para no presentarnos a la licitación.
-Se bajó ERSA de la licitación. ¿Tiene que ver con este escenario?
-Por supuesto. En realidad no es ERSA, es MONSA (Micro Ómnibus Saavedra Sataci, NdelR). Las empresas que se presentaron fueron segundas marcas. Hay alguien detrás de cada una de las presentaciones. Detrás de ETACER está el grupo FlechaBus, y detrás de la gente de San José, que es de Misiones, está el grupo de Eduardo y Javier Zbikoski (Grupo Metropol, NdelR). En la presentación de la oferta, MONSA tomó datos reales del servicio, pero las otras dos se hizo en base a Inteligencia Artificial y en tema de los kilómetros recorridos que pusieron en la oferta va a ser de imposible cumplimiento. La Municipalidad puso 70 coches como mínimo para el urbano y auxilio. Ahora, con 70 coches, si no se hace a la velocidad que se puede llegar a hacer, que es ponerle 16 kilómetros, están faltando por lo menos 15 coches más. Ese es el cálculo que había hecho MOSA. MOSA lo había ajustado a la velocidad real de hoy.
-¿Para usted es un escenario bastante incierto lo que pueda ocurrir a partir de 2026 cuando, en teoría, entre a operar el nuevo concesionario?
-Creo que va a ser muy difícil de cumplimiento, casi imposible. También está el tema laboral. En Paraná, el transporte tiene alrededor de 400 empleados entre Buses Paraná y el servicio metropolitano. Buses Paraná tendrá en este momento 300 empleados. Si esos 300 empleados no son absorbidos porque no están estipulados en los pliegos, cosa que nos llamó poderosamente la atención, va a ser un problema. En el pliego, la Municipalidad pone que podrán ser tenidos en cuenta, pero no dice que es una obligación. No hay continuidad laboral. Al retirarse MOSA de la licitación, que era la única que garantizaba continuidad laboral, hicimos una presentación ante la Municipalidad y alertamos que en los costos no estaba contemplado el despido de la totalidad del personal.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora