El transporte urbano de pasajeros en Paraná soporta una brusca caída en el número de pasajeros: en un año, se fueron 300 mil pasajeros que dejaron de utilizar el colectivo. En porcentaje el desplome fue del 13,75%, comparando junio de 2018 con igual mes de 2019.

En junio de 2018 las empresas Ersa Urbano SA y Transporte Mariano Moreno SRL, que conforman Buses Paraná, la agrupación que asumió la concesión del servicio en la ciudad en julio de 2018, transportaron 2.464.798 pasajeros. Un año después, en junio de 2019 esa cifra cayó a 2.166.807.  La pérdida fue de 297.991 pasajeros de un año a otro.

Pero si la comparación es sólo este año, se observa que entre mayo y junio los colectivos perdieron 269 mil pasajeros. La explicación puede hallarse en el impacto sobre el bolsillo del último aumento en el precio del boleto. El 16 de abril comenzó a regir la nueva tarifa: pasó de $14,85 a $20, aunque desde este jueves 1° de agosto se irá a $22,80, por cuanto la Municipalidad de Paraná decidió retirar el subsidio de $2,80 que pagaba a las empresas.

En mayo los colectivos transportaron un total de 2.435.772 pasajeros; y en junio, 2.166.807.  Sólo en la franja de pasajeros que abonan la tarifa plana (hoy en $20), la caída fue de 112.422 pasajeros entre mayo y junio de este año.

Las categorías principales de boletos son los siguientes:

Boleto General:  $20,00 (696,678 pasajeros en junio)
Boleto primario: $2,28 (104.723 pasajeros)
Boleto secundario: $5,71 (316.400 pasajeros)
Boleto terciario y universitario:  $6,84 (218.169)
Boleto obrero: $ 14,83 (61.578)
Boleto jubilado: a $ 10,26 (1.584)
Boleto nocturno:  $29,64

 

Emergencia y aumento de tarifa


Pero esa estructura de costos para el pasajero ahora está en etapa de revisión. Los empresarios de Buses Paraná presentaron una nueva estructura de costos y pidieron elevar el precio del boleto a $40.

Desde la Municipalidad de Paraná rehúsan discutir ese valor, y analizan plantear una tarifa no técnica en $30, de modo que el impacto en el bolsillo del usuario no sea tan voraz. En medio, está el proyecto de la administración del intendente Sergio Varisco de declarar la emergencia e incorporar al transporte público de pasajeros dentro de los servicios «esenciales». Así, ante una eventual huelga de los choferes, las empresas deberían mantener una servicio «mínimo».

La cuestión está por ahora dentro de la órbita de la discusión y análisis. Eso se hará este miércoles, desde las 9, en la Casa de la Costa, en una  nueva reunión del órgano de monitoreo y revisión de la concesión, el Sistema Integral de Transporte Urbano (SITU), encuentro en el que se espera la presencia del intendente Sergio Varisco y de los jefes comunales del áreas metropolitana: Exequiel Donda, de San Benito; Edgardo Dellizzotti, de Colonia Avellaneda; y José Luis Dumé, de Oro Verde.

La «emergencia» que impulsa Varisco requerirá, según han dicho desde el Municipio de Paraná, un mayor aporte de subsidios de parte de la Nación y de la Provincia, de modo de contener la tarifa.

Por delante, todas las partes tienen la cuenta regresiva: el lunes 5 de agosto vence la «conciliación» dictada por la Secretaría de Trabajo en el marco del proceso preventivo de crisis pedido por las empresas. En el ínterin, mientras se negocia, la Unión Tranviarios Automotor (UTA), no puede ejecutar medidas de fuerza. Pero vencido ese plazo de tregua, y de no haber acuerdo -más recursos- sobrevendrán las medidas de fuerza. La UTA quiere que las empresas paguen el salario de julio el cuarto día hábil del mes de agosto -el día 6- y además que cancelen el pago del medio aguinaldo -han abonado el 19%- como requisitos para evitar una nueva parálisis en el servicio.

 

 

 

De la Redacción de Entre Ríos Ahora.