Por Leonel Pannoni (*)

La Municipalidad es garante de la prestación del servicio de transporte, es titular, concedente y controladora del servicio público.

Las intimaciones cursadas a la concesionaria han sido reiteradas durante la pasada gestión y en lo que va de la nueva también, siendo la causa de la interrupción de la prestación, provocada por el incumplimiento en el pago a los trabajadores, la crisis financiera de las empresas que han recibido asistencia del estado, tanto nacional, provincial como municipal, en varias oportunidades.

No es justo que el servicio público sea interrumpido y prestado en condiciones deficientes, ni tampoco que la prestadora se convierta en un apéndice dependiente del sostenimiento del estado, a lo que se suma una indigerible confusión de roles y responsabilidades institucionales.

Es tiempo de abordar seriamente la posibilidad de rescatar el servicio, impulsar una nueva licitación o bien rediseñar el sistema a fin de que sea viable en las condiciones económicas imperantes sin afectar la calidad y seguridad esenciales.

Pero es tiempo de hacer algo. Este es uno de los principales problemas crónicos que padecen los vecinos de la ciudad y requiere un auténtico compromiso ético con el bien público que permita salir de estos agobiantes grises que sólo conducen a consolidar definitivamente la precarización del servicio de transporte.

(*) Leonel Pannoni es abogado. Participó en el concurso para Defensor del Pueblo en 2019, en la convocatoria que finalmente fracasó por falta de consenso en el Concejo Deliberante.