Los grafitis parecen una rebelión contra ese muro que impide el paso. El muro de lata se levanta sobre una calle que, en teoría, conectaba dos sectores de la ciudad, el Paseo del Túnel y el Balneario Thompson. Allí se construyó un puente sobre el arroyo Las Viejas. Pero un día, las autoridades del Túnel Subfluvial resolvieron que ese paso debía clausurarse. Y se clausuró. Ya ya no hubo posibilidad de pasar de un lado a otro. Ahora, el muro que divide es una gran pizarra para los grafitis, algo de color en esa barrera oscura.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.