La Escuela Privada San José Obrero aplica un rígido código de vestimenta para los padres de un modo tan férreo que su incumplimiento deriva en la imposibilidad de ingresar a sus instalaciones ya sea para retirar a un alumno, pagar la cuota escolar de cada mes o asistir a un acto o una reunión.

“Por favor –dice un cartel puesto de modo intimidatorio, sobre una reja vidriada, el límite máximo permitido para que los padres puedan ingresar para tramitar cualquier papeleo-: ingresar a esta institución con vestimenta adecuada”.

La “vestimenta adecuada” que exigen las autoridades de la Escuela Privada San José Obrero incluye la prohibición de concurrir vistiendo “short, ojotas, calzas, escotes pronunciados”. La veda, claro, es un poco más amplia, y también está prohibido “asistir con equipos de mate a reuniones o actos”.

La escuela depende de la parroquia San José Obrero, y comparten la misma ubicación, Miguel David y O´Higgins. El sacerdote Matías Volpe ejerce como párroco.

El tema de los códigos de vestimenta que deben acatar quienes concurran a la escuela se viralizó a través de las cadenas de whatsapp de los padres. “No te entregan a tu hijo que fuiste a buscar o no te cobran la cuota si no vas vestido como te exigen”, se quejó un papa´.

Las quejas no tardaron en hacerse oír. “Encima, te atienden casi desde la vereda pagas la cuota.  No se ingresa a la institución para pagar la cuota, encima. Te atienden desde esa reja que da al hall de entrada”, reprocharon.

Esa sala de atención, y el cartelito pegado al vidrio, dan a la vereda de la Escuela San José Obrero de calle O´Higgins. “Cuando hay que pagar, se produce un amontonamiento de padres en la vereda. “No se ingresa a la institución para pagar la cuota, encima. Te atienden desde esa reja que dar al hall de entrada –planteó otro papá-. Casi desde la vereda pagas la cuota”.

El fervor por aplicar códigos de vestimenta no sólo alcanza a las escuelas católicas. También en Victoria el área de Cultura de la Municipalidad emitió una directiva que estableció de qué modo los empleados debían ir vestidos a trabajar.

Luis María Andrade, secretario de Cultura de la Municipalidad de Victoria, adoptó una decisión polémica que va contra la apertura de nuevas formas en la política y que choca contra un fenómeno cultural que atraviesa la sociedad: el empoderamiento de la mujer y las luchas del feminismo por dejar atrás las ataduras de un perfil machista.

Andrade firmó una disposición por la cual prohíbe a todos los empleados del área de Cultura, hombres y mujeres, usar determinada vestimenta. En el caso de las mujeres, tienen vedado vestir minifaldas. Tampoco pueden usar “remeras cortas y/o escotadas”; menos aún “vestidos cortos».

Ahora, una escuela católica no sólo impone cómo vestirse a sus alumnos; también lo hace con los padres.

De la Redaccíón de Entre Ríos Ahora.