La violencia de género se puede parar. La frase, así, completa, estaba distribuida en tres carteles que exhibían artistas callejeros en Plaza 1° de Mayo, una mañana soleada de noviembre. Un modo diferente, atractivo, de concientizar sobre un problema social que crece: la violencia de género. La iniciativa es la Asociación Trabajadores de la Sanidad Argentina (Atsa), pero podría ser del Estado, una ONG, un colectivo, cualquier colectivo, un grupo de legisladores, un órgano judicial. Porque la violencia de género crece y no conoce de fronteras.

De la Redacción de Ente Ríos Ahora