Los miles de pesos que el Estado dice destinar a sostener la educación no siempre llega a la escuela. En las escuelas los docentes buscan reparo en la cooperadora, en los padres, en las ferias de plato, en las rifas, en los bingos, y así compran los elementos mínimos que necesita la educación pública. A veces, tizas; a veces, lavandina; a veces, parte de los insumos para el comedor. Los docentes no destinan todo su tiempo a dar clase, a acompañar a los chicos en sus trayectorias; también se dedican a adminsitrar los recursos, las monedas que logran reunir, el patrimonio que cuidan de modo esmerado. Ese patrimonio que es parte del presupuesto educativo que no figura en ninguna planilla. Las monedas, en un pupitre de una escuela rural del departamento Federación muestran eso.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.