Es la siesta de un día soleado. Todo parece marchar normal. Pero es sólo apariencia. En la esquina de Buenos Aires y San Lorenzo hay tres conos naranjas, de esos que se usan para ordenar el tránsito. Estan puestos como barrera, y no se puede avanzar. Es una repetición: las torres que se construyen en la ciudad requieren, casi siempre, ocupar las veredas y cortar las calles para que los grandes cambiones volcadores de cemento hagan a sus anchas. Entonces, ponen los conos naranja, y cortan el tránsito. Así pasa siempre.
De la Redacción de Entre Ríos Ahora.